Capítulo 40

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MATT 

Lo último que recuerdo antes de caer dormido fue el rostro preocupado de Cora, y ahora al despertar me la encuentro de nuevo, en el asiento del piloto revisando su celular. Miré por la ventana, ya no estábamos atascados, estábamos en el estacionamiento del aeropuerto y el cielo estaba soleado de nuevo.

— ¿Cora? — dije captando su atención, cuando me volteó a ver la encontré con los ojos llorosos, pero una sonrisa se le formó en el rostro.

— Despertaste.

— ¿Cuánto tiempo llevo dormido?

— Unas dos horas, ya me estaba preocupando. Mientras dormías hice un par de llamadas para cambiar el vuelo, pero ya no había vuelos así que nos regresaron el dinero.

— Lo lamento mucho, enserio moría de ganas por ir contigo a México, es mi culpa.

— Nuestra gran aventura seguirá, no te preocupes por eso, todos cometen errores.

— Debió ser difícil admitir eso — una risa salió de los labios de Cora. Acaricié su mejilla suavemente con mi dedo.

— ¿Estabas llorando?

— Sí, recordé aquella vez que te enfermaste, llegaste a la escuela con gripe y para la noche ya te encontrabas en el hospital, estaba tan preocupada y asustada que me quedé toda la noche en la sala de espera, a pesar de que no podía entrar a verte me quedé. Todo el camino para acá estuve llorando, no despertabas y me estaba asustando, no quería volver a sentir ese miedo a perderte.

— Jamás me perderás. Ven aquí — dije acercándola hacia mí para besar sus labios —. Hueles a humedad,  y tu cabello sigue mojado — susurré, Cora rio sobre mis labios.

— No tuve la oportunidad de secarme bien, y tú también sigues mojado.

— ¿Quieres ir a otro lugar? — Cora asintió con la cabeza.

— Cómo ya te dije, nuestra gran aventura seguirá. ¿Qué te parece Tennessee? Tiene algunos rurales muy bellos y tranquilos, es un buen lugar.

— Suena bien. 

Y nuestra gran aventura seguía en pie. 



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