Capítulo 41

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CORA 

Antes de llegar a Tennessee nos detuvimos en una pequeña cafetería a un lado de la carretera, nuestros dulces ya se habían agotado y moríamos de hambre.

— Esto es delicioso — dijo Matt mientras se metía un bocado de hot-cake a la boca.

— Es de noche y estás tomando el desayuno ¿enserio? — dije antes de tomar un sorbo a mi café.

— El café también es para el desayuno.

— Pero también para la cena.

— Al igual que los hot-cakes, déjame disfrutar — rodé los ojos y le di una gran mordida a mi hamburguesa.

— La camioneta va a ocupar más gasolina.

— ¿Otra vez? 

— Sí Cora, otra vez, es cómo cuando tú comes otra vez a pesar de que ya comiste lo suficiente.

— Nunca hay suficiente comida cariño.

— Y nunca hay suficiente gasolina para la camioneta amor, así que ocupamos rellenar, y nos vendría bien dormir en otro lado que no sea la camioneta.

— Buscaré en Google Maps a ver que hay — cuando saqué mi celular, Matt me lo arrebato al momento —. ¡Oye!

— Seamos personas normales, hay que preguntarle a la mesera — Matt la llamó y la mesera amablemente se acerco.

— ¿Les puedo ofrecer algo más?

— Un poco de ayuda nos vendría bien, necesitamos un lugar donde dormir, y de paso una gasolinera.

— Pueden buscar en Google Maps, ese celular que está ahí debe tener señal perfectamente, pueden buscar ahí — respondió ella apuntando al celular, tuve que contener mi risa.

— Claro, se me debió ocurrir antes — dijo Matt un poco incómodo y la mesera con una sonrisa se alejó. Volteó a mirarme y finalmente mi risa salió.

— ¿Así que no somos personas normales eh? 

— Cállate. 

Ahora sí busqué en Google Maps un lugar donde dormir, era un pequeño hotel llamado Sleep Well y tenía servicio de gasolina, estaba a 2 km. Cuando terminamos de comer y pagamos nos dirigimos ahí, llegamos y pedimos una habitación.

— No está nada mal — dije mientras acomodaba las maletas a lado de la cama. 

— Está bien para lo que pagamos. Mañana llenaremos el tanque y nos iremos — comentó Matt mientras se quitaba el pantalón y la camisa, lo único que cubría su cuerpo eran sus boxers.

— ¿Sabes lo que me gusta de estos lugares? Qué hay muy poca gente, y podemos hacer todo el ruido que queramos — con una sonrisa picarona me subí a la cama y me acerqué a Matt, me coloqué sobre su cuerpo y besé suavemente sus labios —. Te quitaste la ropa antes de tiempo.

— Pero al menos yo te la puedo quitar a ti.

— No gracias, creo que yo puedo — dije quitándome la camisa para después volver a los labios de Matt.



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