Despertaron poco a poco cuando la posición en la que estaban les dio un severo dolor en el cuello.
Gruñeron viéndose entre los tres mientras veían el extraño lugar desconocido donde estaban.
Lo recordaron todo inmediato así que enseguida se pusieron alerta.
- Esa maldita...- Gruñó Gerard.
- Es muy fuerte...- Comentó Mikey algo desconcertado...- Demasiado.
- No me jodas, ¿enserio?- Preguntó el señor del fuego levemente sarcástico.
- ¿Y si lo atacamos juntos?- Propuso el señor del agua.
- Oh, esa es una buena idea cariño.- Añadió Gerard. Frank le sonrió viéndose entonces como tontos enamorados. Mikey bufó hastiado negando.
- Bueno, sigo aquí.- Expresó indignado.
- Y yo también.- Al oír aquella voz se pusieron de pie alertas.
Ella les sonreía con una mano en la cadera, saludándoles con la otra.
Gerard fue el primero en morder sus labios y dar un paso, entonces estiró ambas manos haciendo puños de fuego y corriendo hacia ella.
- ¡Ahora!- Avisó. Frank y Mikey se vieron asintiéndose entre si. Gerard saltó hacia ella con los puños de frente. Los esquivó haciéndose a un lado y pateando al castaño llevándolo varios metros fuera.
Mikey alzó varias murallas enterrándola en ella, hundiéndola lo más posible, a lo que Frank inundó el hueco donde estaba, haciendo este entonces espeso hasta volverlo hielo.
Ambos miraron entonces lo que habían hecho, sorprendidos cuando segundos después este se rompió entero. Ella salió de ahí dando un salto parándose tras suyo, golpeó la nuca de Mikey y lo sacó enseguida de batalla. Frank hizo un escudo de agua a sus golpes y retrocedió del impacto.
- Eres bueno...- Gruñó cuando más golpes aún más feroces le atacaron, destruyendo su barrera, a punto de noquearlo, pero Gerard apareció abalanzándose hacia su cuerpo y dándole una patada. Una onda de fuego que la envolvió, pero se deshizo enseguida.
Ambos Dioses quedaron estáticos. Ella sonreía acariciando su nuca donde el golpe de Gerard le había dado.
Negó.
- Esto no se le hace a mami, niños.- Suspiró.- Como sea, yo solo quiero...- Pero antes de que su frase terminara, Gerard de nuevo se abalanzó. Ella le hizo frente y pelearon a puños, alejándola con fuego flamante. Ella lo esquivó de último yendo a golpearle, siendo detenido por Frank quien con una cápsula de agua la llevo lejos.
Fue entonces hacia Gerard pero la cápsula volvió hacia él tirándole contra la pared.
Gerard quiso defenderse pero ella lo abofeteó antes y le tomó del cuello alzándolo sin ni una pizca de esfuerzo:- He dicho que sólo quiero hablar. La próxima, deja a la gente terminar de decir las cosas, Gerard.- Regañó.
Los ojos del castaño se abrieron confusos, expresándolo.
Ella lo soltó sin más viendo a ambos dioses ponerse de pie alertas. Suspiró tronando los dedos, a lo que apareció una mesa con tazas de té en ellas:- Tomen asiento.- Les ordenó mientras caminaba y recogía a Mikey sin problema acostándolo correctamente en un sillón de la esquina. Le dio un beso en la frente y suspiró:- Lo que me hacen hacerles, niños.- Resopló.
Ambos tomaron asiento viéndola cautelosa. Ella se sentó de igual modo y cruzó los brazos.
Era bella a decir verdad, el largo cabello que tenía de un color platinado con los ojos del mismo tono, cargando un vestido que marcaba su esbelta figura. Solo rodó los ojos.
- ¿Qué quiere de nosotros?- Alzó una ceja ante el tono de osadía de uno de sus hijos y negó.
- Nada, Gerard. Solo quería platicar un momento.- Ellos se miraron entre sí sin entender. Ella suspiró.- ¿Cómo han estado?- El castaño bufó cruzando de brazos.
- ¿Enserio?- Negó.- Después de que nos hayas quitado el uno al otro, ¿enserio preguntas esa mierda?- Ella solo sonrió negando.
- Tú siempre tan lindo Frank...
- No intente ser graciosa.
- Oh, y no lo hago. Se los juro.- Alzó ambas manos en modo de defensa.- Solo quiero hacer la paz con ustedes.- Seguían mirándola desconfiada haciendo que solo prosiga.- Miren chicos, ustedes eran muy jóvenes para llevar una responsabilidad tan grande como el amor... Y realmente jamás quise que sufrieran de ese modo a pesar de que no lo recordaran si quiera... Pero yo lo veía, todo el tiempo, y cómo aún así, ustedes podían estar juntos con la pasión que aún les rodeaba.- Ella tomó aire bebiendo algo de té para así parpadear hacia ellos.- Cuando empezaron la reunión de Dioses para unir a sus naciones, supe que estaban listos. Hice los arreglos para que bebieran la poción del amor y recordarán todo. Y voala, helos aquí.- Sus caras estaban llenas estupefacción.
Ella seguía tomando el té de manera tranquila, sin alguna pizca de culpabilidad.
Ambos se vieron el uno al otro, y no es que leyeran mentes, pero sabían lo que quería decirse, así que sin más se pusieron de pie, siendo Frank quien fuera por el cuerpo inerte de Mikey.
- Dices que eres madre; nosotros hemos creado a los humanos y les hemos hecho una madre, no es igual a ti. Tus principios no tienen fundamentos, tampoco tus acciones. No te oses llamar nuestra madre cuando has hecho sufrir a tus hijos de este modo. No necesitamos de ti. Si en verdad tienes algo de respeto hacia nosotros, no vuelvas a meterte en nuestras vidas ni en nuestros sentimientos.- Gerard terminó asintiendo en una pequeña reverencia yendo luego hasta Frank, ambos viendo la destrucción que causó al momento en el que el señor del fuego fue aventado por ella. Un hueco que mostraba una gran altitud, los cielos que lo cubrían.
Ambos saltaron sin más, aterrizando en el limbo de las naciones. Las cuatro portales del aire, el fuego, el agua y la tierra.
- ¿Crees que nos deje en paz?- Preguntó Frank. El castaño solo miró hacia arriba. Se encogió de hombros.
- No lo sé.- Dijo sin más. Frank le sonrió entonces de manera natural haciéndole también sonreír.
- Debo ir a arreglar los problemas en mi nación, pero...
- La mía igual. Pero la noche la tengo libre.
- ¿Llevo vino?
- Claro. Yo horneare pan y una buena carne.- Le guiñó el ojo. Frank soltó una risita asintiendo.
- Es una cita.- Confirmó. Gerard no respondió, solo sonrió, caminando hacia el portal de su nación, respingando cuando una nalgada le sorprendió estruendosa.- Ponte bonito, Gee.- Quedando rojo ante el descarado acto volteando a medias. Frank solo carcajeaba mientras entraba a la nación de la tierra, llevándose a Mikey a rastras.
Suspiró.
Ese enano le prendía terriblemente. Ya ansiaba la noche.
- ¿Está bien dejarlos ir así?- Su capa dorada ya no brillaba tanto en la presencia de ella, mientras esta tomaba tranquilamente su té viendo desde el gran hueco donde sus hijos se habían ido.
Suspiró respaldándolo sin responder:- ¡Pero ellos le han faltado al respeto!
- Basta.- Ordenó.- Los dejaré en paz. Ellos ya han crecido lo suficiente. Ellos saben lo que hacen.- El hombre apretó los labios retrocediendo.
Los ojos de ella estaban encendidos como el fuego, en una mezcla cálida como el agua, sin olvidar su benevolencia ligera como el aire y la tormentosa arrogancia que pesaba como la tierra.
Se inclinó enseguida buscando su perdón. Ella solo suspiró de nuevo.
Solo sus niños eran capaces de hacerle frente.
***
Hey guysEl próximo el último y luego epílogo 💁🏼🌻
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La reunión de Dioses. '~Frerard~'
FanficGerard y Frank se traen ganas, algo natural para alguien que controla el fuego y el agua. En un universo donde cuatro naciones están divididas por sus Dioses y al fin harán una reunión para aliarse. Volver a verse supone un peligro para todos, ya...