La union de las naciones; un final feliz para Frank y Gerard.

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Una carcajada se extendía estruendosa por todo el lugar.

La mesa era tan solo para cuatro personas, y abarcaba una completa habitación, pero para ellos estaba bien así.

- ¿Entonces noquearon a Mikey?

- Si.- Asintió Gerard.- Enseguida.

- ¡Oye!- Gruñó el rubio.- Dame créditos. Los ayude.- Les recordó. Frank miró al señor del fuego quien solo sonreía con diversión encogiéndose de hombros.

- Si, bueno. Hiciste el intento.- Burló. Otra risa estruendosa sonó.

- Siempre me pierdo de las mejores cosas.- Se queja Ray entre risas. Mikey hace un puchero comiendo la gelatina que Gerard hizo de postre.

Se hayan en la nación del fuego.

Ahora todo está mejor. Los ancianos continúan ejerciendo como apoyo y consejeros, más su voz nunca es escuchada. A Frank se le asignaron otros ancianos los cuales prefieren agachar la cabeza antes de contradecirle.

Las malas lenguas hablan.

- Bueno, supongo que ahí en el aire nunca les llegan las noticias.- Comenta Gerard. Ray alza una ceja y mira con atención la unión de sus manos entrelazadas. Frank sigue mirando a Gerard.

- Si, bueno. Ahora con la unión, seguro sabré hasta cuando están co

- ¡Raymond!- Otra risa de Ray inunda el lugar. La cara de Gerard estaba de un rojo vivo mientras Frank ahora es quien también ríe acompañando al de afro. Mikey solo niega.

La cena continúa hablando de más cosas banales y despidiéndose casual.

Ahora podrán verse cuando quieran y en donde quieran, así que lo demás no les preocupa.

Cuando regresan al comedor, ya está limpio, así que ambos suspiran aún con sus manos unidas.

- Larga noche, ¿Huh?- Dice el más bajo. Gerard le ve y sonríe soltando su mano y caminando frente suyo.

- Vi que no dejabas de mirarme, eh, pillo.- Le guiñó el ojo. El señor del agua ladea el rostro sin negar.- ¿Quieres jugar a las escondidas?, Frankie.- Frank se relame los labios.

- Uno.- Gerard da un saltito y empieza a correr. El tatuado sonríe ante lo gracioso y lindo que se ve el gordito dando saltitos.- Dos.

Gerard empieza a girar entre los pasadizos que comprenden su casa.

Entra a varias puertas hasta llegar a un lugar en específico y esconderse ahí:- Díez. Listo o no, ahí voy.- Grita lo suficientemente alto para que el Dios le escuche.

No tiene que ser adivino.

No tiene siquiera que pensar dónde puede estar.

Detiene sus pasos en la habitación de Gerard y entra luego. Cierra la puerta tras suyo viendo que solo hay una luz tenue encendida.

Va dirigiendo sus pasos ahora hasta un gran ropero que tiene a un costado, abriendo ambas puerta que este tiene al mismo tiempo.

Gerard le sonríe:- Te encontré.- Le dice pausadamente.

- Siempre lo haces.- Responde el señor del fuego. Tiene la voz ronca. Demasiado.

Su ropa se ha ido dejando su desnudez a la vista del más bajo. Este se muerde los labios admirándolo, yendo hasta él y repasándolo con sus manos.

Ambos se miran entonces y Gerard es el primero en besarle. Lo hacen con desesperación como si la noche anterior no se hayan hecho lo mismo.

Se guían hasta la cama cayendo sobre ella, con Gerard encima de Frank, quien le sujeta de las caderas y las aprieta con saña porque sentir la piel de Gerard en ese momento, llena el vacío de los años que jamás pudo tenerlo.

Gerard gime cuando entonces ambos se frotan, deteniéndose para empezar a desnudar al tatuado y dejarlo igual que él.

Vuelve a sentarse encima de su pelvis y sonríe:- ¿Cómo te gustaría que sea hoy?- Le pregunta. Frank alza una ceja:- Con pasión, mucha lujuria, con amor...- El señor del agua le acaricia los muslos yendo por sus glúteos y separándolos. Gerard se hace hacia adelante un poco dejando que lo manipule a su antojo.

- De todo un poco.- La voz la tiene ronca. Gerard abre los ojos cuando siente su miembro erecto sobre su entrada. La punta mojada que pronto le invade haciendo que de un salto y caiga sobre el pecho tatuado.

Frank entró entero gruñendo ante la calidez y estreches. Era magnífico.

Gerard parpadeó un par de veces cuando un par de lagrimas salieron, aferrándose a sus brazos y alzando el rostro para verlo con un puchero. Asintió. Entonces el castaño empezó a mover las caderas empezando a penetrarle. Un vaivén que hizo al más alto tensarse pero poco a poco ir relajándose acostumbrado.

Frank presionó sus caderas para que se sienta más la profundidad, haciendo al mayor soltar un gemido agudo:- Hmm... Precioso....- Gerard se sonrojó violentamente sonriendo pequeño, dejando ver sus dientecitos mientras se enderezaba quedando de nuevo sentado, ahora sobre la base de su miembro.

Ahogó un quejido guiando las manos tatuadas a sus caderas y haciendo que le apretara ahí, entonces comenzó a moverse en círculos, jadeando ante el dolor y placer:- Si... Vas bien cariño...- Decía el menor. El señor del fuego ladeó la cabeza hacia atrás empezando a cabalgar entonces.

- ¡Frank!... Dioses... ¡Estas tan grande!- Gritó subiendo de intensidad. El señor del agua gruñó ayudándole y haciendo las penetradas más certeras y duras, llevando una de sus manos a masturbar el miembro de Gerard quien gimió alarido mientras le veía con los ojos llorosos.- V-voy a...

- Hazlo cariño.- Corriéndose sobre el pecho del castaño, sin dejar de moverse aunque más lento.

Frank gruñó ante le estreches que ahora se formaba, sin detenerse de bombearse hacia Gerard, llegando igualmente segundos después.

El señor del fuego cayó jadeante a su pecho. Estaba hecho un desastre completo pero aún así no le importaba.

Sentir la respiración agitada de Frank le hacía sentir seguro.

Se quedaron así al menos un largo momento hasta que se hubieron calmado. Frank seguía dentro suyo, pero eso no importaba.

- Te había extrañado, ¿sabes?, pase muchas noches aquí tan solo, y sólo pensaba en ti.- Confesó el señor del fuego. Frank apretó los labios sin poder negarlo.

- Yo igual.- Suspiró.- Me volvía loco pensando que era una maldición cuando realmente solo fue amor.- Se encogió de hombros abrazándole con fuerza, sintiendo su calor. Era reconfortante.

- ¿Me amas?- Su voz se oía chiquita. Frank rió.

- ¿Qué pregunta es esa?

- Una muy buena.

- Siempre me lo preguntas al final, ya sabes la respuesta.

- Dímelo por favor...

- Te amo.- Dijo enseguida. No dudo. Solo salió. Gerard sonrió ocultando su rostro en su pecho. Frank veía la acción acariciando ahora su pelo.

- Yo también te amo.- Dijo entonces el mayor.

Era un final feliz para Frank y Gerard.

Fin.

***
Hay epílogo 😜

Agradecimientos.

Realmente no recuerdo cómo se me ocurrió esta historia. Supongo que viene de que me gusta hacer fics que contengan cosas ficticias y esas cosas como la magia o los poderes, quién sabe \:v/

En fin, para los que me conocen, no soy buena desarrollándome en estos puntos, soy algo introvertida de hecho. Pero aún así les agradezco mucho el que se hayan tomado el tiempo para leer esto.

No soy la mejor escritora y tengo muchas fallas, pero gracias por apoyarme.

Gracias, gracias y más gracias.
🌻❤️

La reunión de Dioses. '~Frerard~'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora