~19~ ✔

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Luego de la conferencia y una llamada histérica de mi madre al verme por la tele, y de haber revisando un extenso pedido que hizo uno de los arquitectos para una de las obras, decido hacer un alto para ir al baño, tomo una bolsa con mis objetos personales y salgo de la oficina.

Mientras estoy en uno de los cubículos, escucho que dos mujeres entran parloteando.

-¿Qué se cree esa niñata? ¿Qué va a poder conquistar a James Gonzalez el director con lo muda que es?

-Según lo que escuché, en la conferencia James dijo que no hace mucho que salen. -No podía ser, gracias a los periodistas ya todo el edificio sabía de mi relación con James. Si bien no nos andamos escondiendo, juro que odio a la persona que lo divulgó con todas mis fuerzas.

Me molesta que hablen de mi vida privada si no me conocen.

-De seguro que está con él por la plata.

-Estoy segura de que si. ¿A demás, que querría él con ella, con lo introvertida y anti-social que es? A mi solo se me ocurre una cosa y es que él está con ella solo por sexo. -Esto ya es demasiado, como se atreven a decir semejantes cosas ¿Por qué la gente juzga sin conocer a las personas?

-Hasta las mudas tienen más suerte que yo.

-Cálmate Lidia.

Como ya no aguanto más, salgo del cubículo con la cabeza en alto, las miro con el semblante sereno, aunque por dentro me sentía morir y me acerco a estas dos arpías.

-Yo seré, muda e interesada como dicen ustedes. -Ambas me miran como si viesen al mismísimo diablo- Pero a mi se me quita, en cambio ustedes lo de chismosas jamás. Así que mejor ¿Por qué no se meten sus putas opiniones en donde les quepa? Por lo menos yo tengo un novio, pero en cambio ustedes me dan pena, se tienen que acostar con cualquier tipo para obtener lo que quieren, arrastradas. -Y terminando de dejarlas mudas, me giro y salgo de ahí con la frente en alto.

Mientras vuelvo a la oficina, mis ojos comienzan a escocer por las ganas de llorar.

Al entrar a la oficina y llegar a mi escritorio término por derrumbarme.

-Lau, ¿Qué sucede? -preguntó Clara preocupada.

-Es que... -Se me cierra la garganta y ya no puedo hablar.

-Por favor, dinos que sucede. -Dijo Víctor.

Cuando me recupero, logro explicarme.

-Es que cuando fui al baño, entraron Lidia y Samantha. -Aún sollozaba, pero estaba algo mas tranquila.

-¿Qué sucede con ellas? -Preguntó Clara.

-Samantha dice que James y yo estamos por interés.

-¡Que hija de su...! -Exclamó Clara- Ya la estoy matando con mis propias manos.

-Ellas sacaron la conclusión de que yo estoy con él por la plata.

Luego de contarles todo lo ocurrido, ya estaba más calmada.

-Pero que par de arrastradas que son. -Clara estaba evidentemente sacada de quicio.

-Por favor, dejenlo así. No quiero más problemas. -Les supliqué.

-Esta bien. -Contestaron al unísono.

-Ya las pondré en vereda a esas dos. -Prometió Clara- Con mi mejor amiga nadie se mete.

A la hora del almuerzo, mi novio me avisó que estaba abajo.

Cuando llegue a las puertas giratorias, me estaba esperando para abrirme la puerta del coche. Por suerte ya no había ningún reportero dando vuelta por ahí.

Lo saludo con un beso y nos marchamos.

Mientras James manejaba lo único que se escuchaba era la música de la radio.

-¿Te sucede algo? -Pregunta mirándome serio.

-No, James. Estoy bien. -Contesto sin mirarlo.

-¿James? Definitivamente no eres tú la que esta acá a mi lado.

James aparca el auto y apaga el motor.

-¿Pero qué haces? ¿Por qué apagas el auto?

-Hasta qué no me digas que es lo que sucede no pienso seguir manejando.

-Perfecto, me vuelvo. -Indignada, intento abrir la puerta, pero me gana trabándola- ¿Pero qué...? ¡Abre ya la jodida puerta James!

-No hasta que me digas que te sucede, es evidente que algo te molesta y quiero saber que es. -Dice exigente- ¿Se debe a lo de los reporteros?

Largo un suspiro de resignación.

-Ya que... Sucede que hoy después de la conferencia de prensa, estaba en el baño de la oficina cuando dos de mis compañeras de trabajo comenzaron a chismosear entre ellas. Eso es lo de menos, lo que dolió, fue que dijeron que yo estaba contigo sólo por la plata y que tú estabas conmigo solo por sexo.

James soltó un suspiro, apretando más el volante, haciendo que sus nudillos se pusieran blancos.

-Solo quiero preguntarte algo, ¿Tú que crees? Me refiero a ¿Realmente crees que yo estoy contigo por el sexo? ¿No crees que si yo hubiese querido "eso", lo hubiese tenido la primera noche que te quedaste a dormir en mi casa?

-Realmemte conociéndote como te conozco sé que tú no eres así, sé que realmente me quieres. Lo que realmente me preocupa es que piensas tú de mí.

-¿Quieres saberlo? -me pregunta soltando una mano del volante y apartandome un mechón de los ojos.

-Por favor, dímelo. -Le digo tomándole la mano y dándole un beso en los nudillos.

-Lo que realmente pienso de ti, es que eres mucho más mujer que lo que otras dicen ser. Eres especial para mí y "eso" no es algo que me importe mucho en este momento. Disfruto de la relación que tenemos y todo se va a ir dando en la medida que se tenga que dar, no voy a forzarte, va a pasar cuando tenga que pasar. -¿Se puede morir de amor? Por qué eso es lo que siento en este momento. Siento que lo amo con todo mi corazón y quisiera gritarlo a los cuatro vientos.

Luego de esto, él se desabrocha el cinturón de seguridad y me da un abrazo.

-J... James... -Intento decir al separarme de él, pero al estar nerviosa no me salen las palabras.

-¿Qué hermosa? ¿Qué sucede? -Pregunta aún con el semblante tosco.

-Ha... Hay algo que necesito decirte y lo haré antes de que me arrepienta. -Freno para ver sus ojos.

-¿Qué? Dime. -Suplica.

-James yo te amo. Te amo más que nada en el mundo. -Digo esto y agacho la cabeza. Nunca dije esas palabras yo primero.

-Laura. -James me levanta la cabeza con un dedo debajo de mi barbilla- Laura, yo también te amo. Eres lo más importante, lo único que me importa. Por eso convoqué a una conferencia de prensa. Quiero que sepan que tú eres mía.

Me agarra por la nuca y me da un beso demostrándome cuanto es que me ama y yo por dentro me desarmo.

Después de hablar, James volvió a poner el auto en marcha y arrancó de nuevo.

Almorzamos en un restaurante elegante y al terminar, volvimos al trabajo.

-A las cuatro paso a buscarte hermosa, ¿Está bien?

-Si amor. Nos vemos más tarde. Te amo. -Le doy un beso y un abrazo.

-¡Hermosa! -me dice mientas bajo del elevador.

-¿Qué amor? -digo volviéndome hacia él.

-Te amo. -Me acerco a él y le doy un último beso en los labios y camino hacia la oficina.

Mi mejor decisión®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora