~2~ ✔

14.4K 578 11
                                    

Cuando terminó mi horario laboral, saco mi celular, le coloco los auriculares y dejo que suene cualquier canción.

Una vez en la calle, camino directo a la parada del micro a esperarlo. Cuando subo, pago con la tarjeta y me voy al fondo donde hay varios asientos libres.

Mientras tengo la vista perdida en la ventana, mi móvil comienza a sonar.

Reviso el identificador,  pero no reconozco el número, decido no contestar y corto. Dos segundos después vuelve a sonar y decido atender, quizás sea una emergencia.

-¿Alo? -pregunto.

-Hola, Laura. Soy James, el chico de la cafetería. -¿Qué? ¿Cómo consiguió mi número? Hasta su voz suena sexy por teléfono. Laura concentrate.

-Hola. -Contesto algo confundida- ¿Cómo obtuviste mi número?

-¡Oh!, es que tengo mis contactos. -Responde riendo.

-Si, muy gracioso. -Respondo sarcásticamente.

-Ya, ya, vale. Me lo pasó un amigo. -Responde.

-¿Qué amigo? ¿Quién? -pregunto fastidiada. Juro que mataré a la persona que le haya pasado mi contacto.

-No puedo revelar todos mis secretos. -Contesta riendo.

-Vale, ¿En qué te puedo ayudar? -pregunto con voz resignada.

-¿Mañana estás libre? Es que quería invitarte a tomar un helado.

-Mmm, mañana puedo después del trabajo. A eso de las cuatro de la tarde.

-Vale, ¿te espero en la entrada?

-No, no te molestes. Nos podemos encontrar en el Shopping del centro. -Prefiero que nos encontremos a que me busque ¿Qué tal y es un acesino serial?

-Bueno, esta bien. -Contesta algo desepcionado.

-Ok, en el shopping del centro, a las cuatro. -Elegí ese lugar por qué queda cerca del trabajo y es más seguro.

-Genial, hasta mañana Lau.

-Hasta mañana, James. -Me despido y corto.

Al llegar a destino, timbro y una vez que el micro para y abre la puerta, desciendo y me dirijo a mi departamento.

Al llegar al hall del edificio, reviso la pila de correspondencia, pero aún no han llegado los impuestos. Entro al ascensor luego de haberlo llamado, marco el siete y cuando este llega a mi piso, salgo y abro la puerta de mi casa.

Una vez que entro y cierro la puerta, tiro mi bolso sobre el sillón, las llaves las coloco en su depósito sobre la barra y prendo la tele.
Voy a mi cuarto, me saco los tacones y descalza me dirijo al baño a pegarme una ducha.

Después de que me refresco, me vuelvo a vestir, me pongo un short con dibujos de pequeños arcoiris y una remera suelta. Me seco el pelo, lo cepillo y hago un rodete algo desalineado. Voy hasta la heladera y saco todos lo que voy a necesitar para hacerme una ensalada cesar.

Cuando la termino, pongo un plato, los cubiertos y un vaso con jugo de naranja sobre la barra, me siento y me dispongo a comer.
Mientras me llevo bocados a la boca, abro mi laptop y chequeo el correo. No ha llegado ningún correo nuevo.

Al terminar lavo los trastos y vuelvo a mi cuarto, me cambio y comienzo a preparar una mochila con unos jeans negros, una camisa bordó y unos tacones. Salgo, tomo las llaves de la barra y mientras bajo por el ascensor por segunda vez en el día, llamo a la empresa de taxis para que me envíe uno.

Durante la espera en el hall del edificio, chequeo mi móvil, pero no ha llegado ningún mensaje.
El taxi toca bocina avisando que llegó, salgo y subo, le doy la dirección de la casa de Clara y se pone en marcha.

Mientras observo por la ventanilla. Aún no me puedo olvidar del dueño de los ojos más lindos que he visto en mi vida. Sacudo la cabeza intentando borrar la imagen de James de la cabeza.

Al llegar, le pago al hombre, y salgo del coche. Camino hasta la casa de mi amiga y toco timbre.

-¡Hey nena! -me recibe Víctor. Se hace a un lado y me deja pasar- Hace cuanto que no te veo. -Me da un beso en la mejilla y un abrazo.

-Hola, Victor. Es verdad. -Contesto devolviéndole el abrazo- ¿Cuándo llegaste?

-Ayer a la noche. Ven, pasa.
Entro a la sala y la encuentro a mi amiga sentada en la mesa comiendo sushi.

-Provecho. -Digo mientras me acerco a saludarla.

-¡Lau! -Grita Clara saltando de la silla y acercandose- Ya era tiempo de que salieras de tu guarida. -Con tanto trabajo no nos hemos podido juntar.

-Si, por suerte ya terminé mi trabajo atrasado.

-Ya, pues eres una completa esclava del trabajo. -Se burla Clara.
Los tres reímos y comenzamos a charlar.

-¿Cómo estuvo Alemania? -pregunto mientras bebo un trago de cerveza.

-Bastante entretenida, visité Múnich y otros lugares.

-Estuve viendo las fotos que subiste a Facebook.

-Si, solo subí algunas. -Responde llevándose un roll de sushi a la boca.

Cuando estuvimos listos los tres, nos pusimos en marcha hacía la zona céntrica donde se encontraban los bares.

En unos minutos llegamos a un antro que esta de moda en estos momentos. Entramos y el lugar estaba atestado de personas, algunos charlaban a pesar de que la música estaba al tope.

Me acerco a la barra y pido un campari con jugo de naranja. Una vez que el barman me da el trago vuelvo a donde están mis amigos sentados.

A medida que la noche avanza, comienzo a sentirme sedienta debido a que hace calor. Vuelvo a la barra y me pido otro campari más.

Cuando ya cierran el local, Víctor y Clara me dejan en casa.

Subo por el acensor y entro a casa. Me deshago de la ropa y me cambio por algo más cómodo, voy a la heladera y me sirvo un vaso de agua fria, vuelvo a mi cama, checo el móvil y no tengo ninguna llamada ni mensaje. Deposito el vaso y el teléfono en la mesita de noche, me acomodo y caigo rendida.

Mi mejor decisión®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora