~27~ ✔

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Sentí que algo me rozaba la mejilla.

-Cariño... -Podía escuchar que alguien me llamaba a lo lejos- Laura.

Decidí abrir mis ojos. Luego de algunos segundos me acostumbre a la claridad que entraba por a través de la ventana, vi que James estaba recostado sobre un codo mientras que con un dedo de su mano libre me acariciaba la mejilla.

-Buen día cariño. -Me saluda y me da un beso en los labios- ¿Descansaste bien?

-Si, amor ¿Tú?

-Siempre duermo bien cuando estas a mi lado.

Siempre, desde que lo conocí fue tierno conmigo, y por eso me enamoraba cada día más.

-Eres un tierno, me gusta.

-Solo contigo. Pero shhhh -mientras decía eso se puso un dedo en los labios haciendo gesto de silencio- no le digas a nadie en el trabajo que soy así. -Hablaba en voz baja- No quiero que se enteren.

-Bueno señor Gonzalez. -Le respondo de igual forma.

-Te amo hermosa.

-Te amo mi amor. -Contesto y él se acerca para adueñarse de mis labios.

-Me encantaría poder estar todo el día así contigo, pero debemos tomar un tren. Es mejor que nos levantemos.

Dicho esto, nos comenzamos a vestir y tomamos un desayuno rápido.

Cuando el taxi llegó después de esperarlo durante veinte minutos, entre mi novio y el chofer guardaron las valijas en el maletero y nos pusimos en marcha hacia la estación.

Una vez qué el tren arribó al anden, subimos y tomamos nuestros lugares.

Mientras nos acomodamos, una niña pequeña, rubia de grandes ojos azules, de unos cuatro años se asomó por el borde del asiento que mi novio tenia delante y comenzó a hacerle sonrisas.

Lo miré a él y vi que también le sonreía. Ese gesto me llenó de ternura, ¿Cómo sería mi novio si él y yo teníamos una niña o un niño? ¿Sería igualmente de cariñoso? Comencé a pensar en como trataba a Ramiro, cada vez que el niño hablaba o preguntaba algo, James siempre le prestaba atención, esta bien, él es su hermano, pero algo dentro mío decía que a él se le daba bien los niños.

-¿Cómo te llamas? -Le preguntó la niña.

-James, ¿Y tú? -Le preguntó mi novio.

-Alma. -Respondió la niña.

-¡Alma!, es un lindo nombre. -Repite él.

-¿Tú como te llamas? -me pregunta a mi.

-Laura. -Respondo con una sonrisa.

-¿Y qué edad tienes alma?

-Tengo cuatro años. -Mientras lo decía con su pequeña manito marcaba el cuatro.

-¿Con quien hablas Alma? -preguntó una mujer, la cual supuse, sería la madre.

-Con James y Laura mamá. -Respondió la niña.

-¿Con quien? -volvió a preguntar y se asomó hacia atrás.

-James y Laura. -Volvió a responder la niña.

-Oh, disculpen a mi hija. -Dijo la mujer avergonzada mirándonos a ambos -suele ser muy charlatana.

-No se preocupe. -Dijo mi novio con una sonrisa.

-Tiene una niña encantadora. -Digo aún analizando lo que sucedió tan solo un minuto atrás.

-Gracias señorita.

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