La cena transcurrió con más normalidad de la que ambos magos se esperaban. Al parecer, Erza había reservado todo el hotel para aquella ocasión. A nadie le llamaría la atención tanta gente reunida en una mesa, cenando, porque nadie estaría allí para poder presenciarlo. Como era habitual para Fairy Tail, hubo la suficiente comida como para alimentar a todo un regimiento. Hubo quienes cantaron, hubo quienes gritaron, y por supuesto, quienes después de unas cuantas jarras de cerveza, acabaron dormidos, borrachos como una cuba en el suelo.
Para los tres magos de Dragon Skull, que se habían colado en aquel viaje por toda la jeta, aquello fue un mundo totalmente diferente. Jamás imaginaron que los dos magos que siempre habían tenido como personas serias y responsables, pudiesen haber vivido en un ambiente como aquel. Ambiente que así a lo tonto, no llegaba a gustarles del todo.
Por otra parte, tanto Natsu como Lucy, pasaron la cena en silencio. Ni siquiera tomaban parte en las conversaciones. No querían. Minutos atrás, en la habitación, habían llegado a la conclusión que tras aquellos días, tendrían que volver a irse. Cuanto más socializasen, cuanto más se acercasen a sus viejos compañeros, más difícil se haría después el tener que volver a casa. Mantuvieron las miradas fijas en sus platos. De vez en cuando las alzaban, sí. Se miraban y sonreían con máxima discreción. Observaban el comportamiento de los demás, a Gray junto a Juvia, a Midori con el pequeño Silver en brazos, Erza hablando a voces con Mirajane y Happy, Charlie con sus hijos... Todo era tan diferente... Pero tenía un aire demasiado familiar. Para ambos magos, eso era lo peor que podía pasarles. No llegaban a sentirse cómodos, pero... Era como volver a estar en casa de nuevo.
En cuanto ambos acabaron su cena, se levantaron, y se dirigieron al dormitorio que los dos compartían. Dada la hora, Nanami se había hasta quedado dormida apoyada en el brazo de Kaoru, así que visto que en aquella pequeña fiesta, no tenían mucha intención de bajar el tono, el pelirrosa cargó con la niña, desviándose de su camino, para dejarla en la misma habitación donde se quedarían Midori y Kaoru, dejando que Lucy se fuese a la cama antes que él.
Dejó a la niña sobre la cama, la arropó y salió. Fue entonces cuando se encontraron. Gray acunaba a su pequeño Silver, el cual había empezado a llorar. Eso sí, el felino de color azul que tenía apoyado en el hombro no había quien lo despertase... Natsu se le quedó mirando de reojo, aún con una mirada evasiva, haciendo evidente el poco contacto que quería tener con él. En sus ojos podía distinguirse, aunque con dificultad, las ganas del poderoso mago de fuego tenía de hablar con el que una vez fue su mejor amigo. Por el amor de Dios, hasta habia tenido un hijo. Tenían mucho que comentar, y aún así, se quedaron callados. Mirándose el uno al otro, inmóviles, como dos auténticos idiotas.
Fue Happy quien hizo reaccionar al maestro de magia de fuego. El gato se movió un poco, haciendo que este volviese un poco a donde estaba.
Natsu carraspeó, se cruzó de brazos, y dirigió su mirada al pequeño bebé en brazos de Gray.
- No le gusta dormir por las noches... -Comenzó hablando el alquimista de hielo.- Y curiosamente, a Happy le calman los llantos de este mocoso...
- Ya...
Ante la poca respuesta por parte del Dragon Slayer, Gray cambió de posición al bebé, y se puso entre el contrario y el camino que este quería recorrer.
- En algún momento tendrás, al menos, que dirigirnos la mirada ¿sabes? No somos unos desconocidos, Natsu.
- Claro que lo somos. -Comentó tal vez con un tono despectivo, alzando la mirada, mostrando sus ojos, apagados respecto a aquel pasado en el que vibraban de alegría, de curiosidad y energía.- Ya no me conoces. No intentes hacer como que sí. -Dicho aquello, y rodeando al ajeno para poder pasar, siguió su camino.
Ante aquello, Gray no supo que decir. Era verdad que habían pasado muchos años, y ambos habían cambiado, ¿Pero acaso era para tanto? ¿El cambio había sido tal que ya no conocía a su mejor amigo? ¿A su compañero? El ahora padre de aquel bebé, que durante la conversación había dejado de llorar, volvió a su habitación al igual que Natsu...
Lucy por su parte, se había puesto ya el corto pijama. Una de las pocas prendas que conservaba aquel estilo de hacía tanto. Guardada bien su ropa, esperaba a Natsu sentada en la cama, leyendo el libro que nunca dejaba de leer. Cuando este entró, compartieron miradas, un par de sonrisas, pero nada más. No hablaron. La rubia se metió en la cama, guardó el libro, e intentó dormir. Igual que aquel al que amaba. Se quitó la ropa, se puso un pantalón holgado, y se tiró sobre el colchón, cerrando los ojos.
Ambos intentarían dormir. Pero bien sabían que no lo conseguirían. Habian vivido muchas cosas en aquellas últimas horas. Muchos recuerdos que eran realmente dolorosos volvían a ellos, y la idea de volver a tener que abandonar todo aquello aún les rondaba a los dos por la cabeza. Mañana sería un día importante... El funeral de Makarov. Un evento en el que muchos sentimientos que creían bien guardados, encerrados más bien, saldrían al exterior por primera vez en muchísimo tiempo. No querían decir adiós a algo que tanto había significado para ellos, y que, al igual que todo lo demás, abandonaron...
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DRAGON SKULL
Fanfiction-¡NATSU!, ¡ALEJATE DE FAIRY TAIL! -gritó una alterada pelirroja.- ¡ES PELIGROSO! -¡¡NO PUEDO DAR LA ESPALDA A FAIRY TAIL!! ¡¡TENEMOS QUE PROTEGER A LA FAMILIA!! -el alterado pelirrosa, trataba de hacer entrar en razón a su compañera de equipo, de gr...