Gritos. Era lo que el Dragneel, ya en su forma normal, sin cuernos ni escamas, escuchaba en los pisos superiores. Fuertes discusiones entre lo que supuso que serían los magos con los que codo a codo había luchado un par de días atrás y el consejo, oficiales del ejercito, o alguien con un alto cargo. Pero no podía saber en realidad quien era participe de aquella acalorada conversación. Desde su celda, niveles más abajo de los salones del consejo en lo que hacia años había estado, mucho no podía descifrar. Además, gran parte de su atención se centraba en Lucy, que atada de pies y manos, descansaba como podía en el cubículo frente a él.
Ninguno de los dos habían dejado que nadie les tocase las heridas, por lo que muchas aún sangraban. La rubia, cuyo pelo aún tenía tonos rojizos por una sangre que muy probablemente no fuese suya, descansaba e intentaba recuperar toda la energía mágica que había ido perdiendo durante las ultimas semanas de intensivo entrenamiento. Complicado, cuando los grilletes que a ambos magos les habían puesto, anulaban toda magia de su interior (Aunque por esa parte, Lucy logró estabilizar su magia celestial, pues la oscura no se alimentaba ya de esta).
-Sabes que seguramente nos condenen a muerte.... ¿Verdad...? -Murmuró mirando a los ojos color chocolate de la única mujer que siempre estuvo ahí para él.
-Sabíamos a que nos enfrentábamos cuando empezamos esto, Natsu... Éramos más que conscientes de que tarde o temprano nos apresarían... Y cuando decidimos quedarnos... Ya lo hablamos... Nos quedamos sabiendo que esto acabaría así.
-No tendría que acabar esto así para ti, Luce, viniste conmigo porque te lo pedí, te quedaste porque te lo pedí... Todo esto es culpa mía...
-¿En serio? -La rubia se acercó a los barrotes de su propia celda para intentar estar más cerca del muchacho.- Porque no recuerdo que verbalizases semejantes peticiones... Yo decidí quedarme. Lo sabes. Fue una decisión mía de la que a día de hoy no me arrepiento... -Cogió aire. Apoyó la frente en los barrotes y cerró los ojos.- Me quedé porque te quería Natsu, no porque me lo hubieses pedido con la mirada, no porque no tuviese a donde ir... Lo hice porque te quiero... -Que más daba ya. Todo iba a acabar. ¿Por qué no decirlo?
Desde luego, la reacción, del dragón fue todo un poema. Dio un paso para atrás, confuso por semejante ataque tan gratuito. Esas simples palabras lo habían puesto tan nervioso que incluso tropezó con el camastro.
-Joder Lucy... ¿Tienes que decirlo ahora? ¿Ahora que está claro que no saldremos de esta?
De hecho, estaba tan confuso que ni siquiera se percató de los pasos que se acercaban hacía ellos. Estaba tan absortó en la sonrisa de su compañera que tan solo el carraspeo de una voz femenina consiguió sacarlo de su ensimismamiento.
-Bueno... Que no saldréis de está aún está por ver...~
Con voz cantarina, una joven de pelo plateado se acercó a ellos. Ambos magos oscuros cambiaron sus sonrisas por confusión, hasta que la recién llegada les hizo una pequeña reverencia.
-¿Liss...?
Natsu no podía creer a quien estaba viendo. Hasta donde ellos sabían, Lisanna había salido del país hacia años y no había vuelto. Ni siquiera estuvo en el funeral de Makarov...
-Lucy, Natsu... Me alegro de veros... Aunque hubiese estado mejor que no estuvieseis detenidos y me hubieseis podido invitar a tomar algo en vuestro nuevo gremio.
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DRAGON SKULL
Fiksi Penggemar-¡NATSU!, ¡ALEJATE DE FAIRY TAIL! -gritó una alterada pelirroja.- ¡ES PELIGROSO! -¡¡NO PUEDO DAR LA ESPALDA A FAIRY TAIL!! ¡¡TENEMOS QUE PROTEGER A LA FAMILIA!! -el alterado pelirrosa, trataba de hacer entrar en razón a su compañera de equipo, de gr...