Capitulo 3 -La noticia-

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Natsu se sentó tras el escritorio, sin borrar aquella expresión terriblemente seria y malhumorada de siempre. Tras el, Lucy, de pies, con una pequeña sonrisa que trataba ocultar y con los brazos frente a ella, en una posición recta, esperando a escuchar lo que la pelirroja frebte a ellos tenía que decir.

Los diez años que inevitablemente habían transcurrido, también habían afectado en ella. Aunque su pelo seguía del mismo rojo característico de siempre, esta vez estaba recogido en un moño que tensaba todo el cabello. Su armadura, había cambiado también, un diseño nuevo, que tan solo le cubría los antebrazos y el pecho. En los hombros descubiertos, la marca de un nuevo gremio, Mermaid Heel. En cuanto el pelirrosa vio aquello, bufo.

-Cuanto tiempo... Erza... -fue Lucy quien comenzó a hablar. Tanto como el maestro de su gremio como su antigua compañera estaban teniendo un duelo de miradas que no tenia pinta de cesar. Un duelo de miradas con los roles cambiados. Ahora era Scarlet la que tenia una mirada inocente y miedo en sus pupilas, Natsu en cambio, seriedad, autoridad y enfado.

-S-Si -el saludo de la rubia la sorprendió- Me ha costado encontraros...

-Ese era el plan, si mal no recuerdo. -Unas palabras frías y cortantes atacaron a la contraria extraña en aquel lugar.

-Y sigues vivo, por lo que ha resultado -Erza sin duda no se quedó callada, y volvió a aquella actitud de hace tantos años.

-¿A que has venido?

Tanto Natsu como Erza se giraron hacia Lucy. Ninguno de los dos se esperaba un tono tan frío y una pregunta tan directa por parte de la rubia.

-Algo a ocurrido... -la pelirroja bajó la mirada, a lo que los dos miembros de Dragón Skull prestaron algo mas de atención. -Me pidieron que os buscase... Y os hiciese volver por unos días...

-Pensaba que la idea de irnos para no volver, era tuya, Titania...

La pelirroja apartó la mirada por segunda vez casi al instante de levantarla para ver al contrario hablar. El aire se había vuelto aún mas tenso de lo que ya estaba, haciendo así la preocupación notoria en ambos magos huidos de Magnolia años atrás.

-¿Quien te lo pidió..? -preguntó el mago, y miró a la mujer que le había puesto la mano en el hombro, con un rostro de preocupación mas perceptible.

-Erza... ¿Que ha pasado..? -el tono de voz de Lucy no ocultaba la preocupación que crecía cada vez mas en su interior. Ambos sabían que Erza no solía ser una mujer que acataba ordenes de cualquiera.

-Fue Laxus...

-¿Laxus? ¿Que querría Laxus de nosotros..? Según los informes de Lucy el y Mira ya no son parte de ningún gremio, se retiraron. -por mucho que lo quisiese ocultar, el hijo de Igneel también estaba preocupado. Por eso tenia a Lucy controlando donde estaban la mayoría de los magos de lo que fue Fairy Tail. Por lo menos los que salían en las noticias, o se escuchaba por las calles.

-El maes... Makarov... -rectificó, haciendo que la atención de ambos magos tan solo se centrase en las palabras de la que una vez fue llamada Reina de las hadas. -Volvió a enfermar hace unas semanas...

El rostro de ambos magos sin duda comenzó a palidecer. Los dos sabían como acabaría aquel pequeño relato que Erza estaba llevando a cabo. La temperatura corporal de Natsu comenzaba poco a poco a subir a causa de la sorpresa y Lucy cada vez apretaba mas la mano que tenia en el hombro del maestro de su gremio, llevándose la que tenía libre al rostro, para poder taparse la boca, en un pequeño gesto de asombro.

-¿Cuando es... El funeral...? -ahí estaba la pregunta. El joven maestro la formuló tratando aun de mantener las formas, de no romperse y mostrar aquel Natsu del pasado.

-La semana que viene... El jueves...

-Luce... -aquella pequeña llamada fue lo que hizo que Erza se sorprendiera mas aun. No podía negar que la evolución de sus dos compañeros había sido tremenda. El como habían creado de la nada un gremio oscuro. El como Natsu, un desastroso, infantil, ruidoso y alegre mago, se había convertido en un hombre serio y sin sentimientos aparentes. Pero aquella llamada hacia la rubia de ahora cabellos cortos, fue lo que le hizo ver que después de tantos años, después de todo lo que esos dos tenían que haber pasado, seguían siendo ellos, de diferente manera, pero ellos.

-Lo se... -no necesitaron palabras para comprenderse. El cruce de sus ojos era suficiente. -Tenemos que ir... -el contrario, tan solo afirmó. -Erza, ¿Podrias esperarnos abajo unos minutos? No tardaremos...

La pelirroja afirmó. Y haciendo una pequeña reverencia, salió del despacho de la segunda planta de aquel gran edificio, dirigiéndose directamente a la barra.

-¿Estas bien..? -Un preocupado dragón slayer miraba a su compañera a la vez que se levantaba del asiento.

-Si... -las lágrimas, amenazantes y seguramente incontrolables, querían salir, y sus ojos comenzaban a estar cristalinos. -Solo que... No me lo esperaba.... -comentó con una fina voz.

El fuerte mago tan solo se acercó a la contaría y acariciándole la mejilla, dejó que el silencio hablara. Pero esta enseguida rompió en llanto, abranzandolo con fuerza...

Los años habían pasado. Ellos habían cambiado. Se habían hecho poderosos, fríos, sanguinarios. Pero las cosas seguían siendo igual. Seguían siendo compañeros. El le prometió seguridad. Y ella le prometió compañía. Aquellas promesas realizadas hace tantísimos años eran las únicas que habían permanecido como eran. Unas promesas indirectas de amor eterno que jamas se atrevieron a confesar.

DRAGON SKULLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora