Dos amores de verano

Capítulo 2

Las chicas salen del aula sin decir palabra. Es algo que siempre hacen después de terminar un examen de tal importancia. No quieren comentar las respuestas, ya verán si están bien o no en Septiembre cuando publiquen los resultados en la página web del centro. Ninguna de las dos se juega nada en este examen pero si sacan buena nota más opciones tendrán de estudiar Pediatría.

Caminan fuera del instituto en dirección al coche. Van a ir a celebrar el fin de curso comiendo en un McDonald's cerca de allí. Pero no es uno cualquiera, es muy especial para ellas. En él comieron las dos juntas por primera vez hace seis años, el día que se conocieron en primero de la ESO. Fue una casualidad que les pusieran juntas en el mismo aula y también que de las 33 personas de esa clase, acabasen siendo mejores amigas. Hasta ahora.

Laura saca las llaves del coche y las dos chicas entran en él. Gira la cabeza hacia los asientos traseros y observa con detenimiento las bolsas de ropa de Sara. Mira a su amiga sonriente y mueve la cabeza negativamente.

–No tienes remedio lo sabes ¿no? –dice mirándola sonriente.

– ¿Pero qué dices? Si son solo unas bolsitas de nada. –protesta la chica.

Laura la vuelve a mirar y ya no puede aguantar la risa. Sólo a su amiga se le ocurre irse de compras antes de un examen y volver cargada. Pero prefiere no darle más vueltas. Arranca el coche y se alejan despacio del que ha sido su instituto durante tantos años.

Cuando llegan al McDonald's tardan bastante en aparcar. Como se nota que es fin de curso. Parece que todos los alumnos de secundaria de la ciudad se hubieran puesto de acuerdo para ir a ese sitio a la misma hora que ellas. Al rato de dar vueltas y vueltas por el parking una mujer con un niño pequeño abandonan una plaza y les ceden el sitio y menos mal; son las dos y media y están muertas de hambre.

Entran en el establecimiento y cogen una mesa al lado de la ventana. Sara se queda a guardar los bolsos y Laura hace fila para pedir las hamburguesas.

– ¡Dani! ¡Quédate quieto! –Se le oye gritar a una madre – ¿No ves a los otros niños? Están quietos en sus sillas. Si acabas pronto luego te puedes ir a jugar con las bolas. ¡Dani! ¡Dani!

Dani. Ese nombre retumba en su cabeza y le hace recordar el sueño de esta noche. Últimamente sueña mucho con él. La verdad es que echa de menos poder verle y hablar con él, aunque sea en sueños. ¿Qué habrá sido de Dani? Hará como cuatro años que no lo ve, pero le han parecido más. Aún recuerda el día del tobogán y de cómo él la empujó. De su sonrisa pícara y de la pelea de agua. Como han cambiado las cosas...

En ese momento llega Laura con la comida sacándola de sus pensamientos.

–Toma te he pedido un cuarto de libra con patatas deluxe y coca cola.

–Como me conoces –le dice Sara sonriente.

–Ya ves. Como no hubiera acertado con la hamburguesa con la de veces que he venido aquí contigo, sería para pegarme –dice riendo.

Y es verdad. Las dos chicas van ahí muy a menudo. No llega a dos meses desde la última vez que comieron en ese McDonald's, y siempre piden lo mismo.

–Y para mí un Big Mac con patatas deluxe y coca cola también.

Sara está muy feliz de estar allí con su amiga, de poder compartir momentos así con ella, pero no se saca de la cabeza a Dani. No es la primera vez que sueña con él, ni la segunda, ni la tercera. Cada vez se está convirtiendo en algo más rutinario. Y lo peor de todo es que no le molesta, es más, le gusta. Y eso no está bien. Tiene que decírselo a Laura, tiene que compartir esto con ella.

La mira fijamente en silencio. A veces le tiene envidia. Pero no por el dinero de su familia, sino por su belleza. Sus ojos son de un gris claro que hipnotiza y su nariz perfecta, ni muy grande ni muy pequeña. Tiene unos labios carnosos que varios chicos han probado y que a más de uno le gustaría hacerlo. Su increíble cabello rubio le cae por debajo de los pechos. Nunca ha sabido como se lo lava ni que champú usa, pero todos los días lo tiene como recién salido de la peluquería. Sí, es guapa. Muy guapa. No le extraña que ligue tanto con los chicos, aunque todavía no haya encontrado al definitivo.