Al cabo de un par de días las cosas ya habían retomado su curso natural. Las clases transcurrieron y el tiempo también. A inicios de noviembre, contabilizaba yo, Will había adquirido la rutina de salir por las noches cada martes, jueves y sábado. Llegaba tarde, desordenado, pero sobrio y contento. Yo por mi parte había tenido que cubrirlo un par de veces más... y un par de veces más él había tenido que suplicarme perdón de rodillas.
Valerie cada vez se volvía menos santa de la devoción de Johanna... y debo admitir que a mis ojos tampoco era la Madre Teresa de Calcuta. Tenía ciertas actitudes con las que yo no congeniaba. Yo no estaba seguro de si eran las miradas condescendientes o los comentarios sutilmente malvados sobre la gente, pero cada vez se me hacía más complicado fingir cortesía genuina.
Sin embargo, todo andaba bien. Era soportable que Will y Valerie aún siguieran juntos siempre y cuando yo lo tuviera para mí solo de rato en rato.
Luke había seguido molestando a Will. En más de una ocasión había tratado de seguirlo por las noches, pero Will no era estúpido y había conseguido escabullirse de su vista.
Cada vez que Will me contaba alguna de sus aventuras yo me sentía mucho menor de lo que realmente era. Me sentía como un niño oyendo su historia favorita. Sentía mucha curiosidad acerca de lo que había allá afuera, pero sabía que nunca saldría, ni siquiera los días en que sí estaba permitiendo hacerlo. Quizás no fuera tan grandioso como me lo imaginaba y las decepciones no me agradaban.
Era de noche, yo había llegado a la habitación antes que Will. Estaba en mi cama comenzando a leer cuando la puerta se abrió, dejando ver a un rubio de sonrisa contagiosa y voz cantarina.
—Tengo algo para ti... —canturreó.
Aparté la mirada del libro que había pedido prestado de la biblioteca.
—Solo espero que no sean problemas —dije sarcásticamente.
—No seas aguafiestas. Nop, es otra cosa —sonrió.
Me senté sobre mi cama con las piernas cruzadas y me puse a observarlo con curiosidad mientras él rebuscaba en una de sus mochilas.
—¿De verdad tienes algo? —dije.
Asintió, con el semblante radiante. Yo comencé a emocionarme... hasta que vi su mano sosteniendo una botella llena de un líquido color dorado oscuro.
—Ta raaaaá... —sonrió.
—¿Qué... es... eso? —dije.
Mis ojos no se apartaban de la botella.
—Whisky —articuló, sonriente.
—¿De dónde lo sacaste?
—Me lo regaló Val —sonrió inocentemente.
Pero claro...
Todo era Val. Val, Val, Val. Ya me imaginaba cómo debía haberse sentido Johanna al oírme hablar de Will todo el tiempo. Hasta me sentía culpable por el inexplicable hecho de que cada vez me agradara menos.
—Esto no está bien, Will —mascullé.
Las reglas lo decían. Beber alcohol equivalía a fugarse. Ahora, para colmo, Will buscaba otra manera de ser expulsado.
—Lo traje para nosotros —dijo, sin darse cuenta de mi preocupación, mientras sacaba dos pequeños vasos de plástico—. Creo que no te he agradecido por lo que me has estado cubriendo.
—¿Qué, quieres que yo... beba? —tartamudeé.
—Es para los dos —me dedicó una sonrisa más.
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All I need is you © [AINIY #1]
RomanceEthan es normal. Ethan tiene a Johanna, su mejor amiga. Ethan es gay. Sus padres no lo saben. Y la reaparición de un amigo de la infancia hará tambalearse todo el equilibrio de su vida... *** La llegada al internado Henderson Green de Will Robin...