Capítulo 8

700 29 0
                                    

"Matando sentimientos"

No lograba dejar de pensar, inconscientemente mis dedos comenzaron a teclear el número de Stella, contestó al segundo timbre.—¿Está todo bien? —pregunto con voz adormilada e inmediatamente me sentí culpable de despertarla pero la ansiedad podía conmigo.

—Te enojaras conmigo.—dude.

—Ariana, si no me dices qué ocurre     
tendré un motivo más para asesinarte por despertarme a las 4 am.— advirtió.— necesito mis 8 horas de sueño para funcionar, lo sabes.

—Lo siento, no me di cuenta de la hora.— ella no dijo nada dándome a entender que continuará.— es que yo... yo y J-Justin, n-nosotros...

—No pude ser.—dijo y pronto escuché como la línea se había cortado, al parecer había colgado la llamada.

20 minutos después escuché el timbre de mi casa sonar y fruncí el ceño. Era muy tarde para que alguien llegara a estas horas. Me asomé por la mirilla y oh sorpresa me encontré con una rubia furiosa, abrí la puerta y la dejé entrar. Sentí un pequeño golpe en mi cabeza que provenía de mi mejor amiga.

—¡Ouch! —me queje.

—Te lo merecías.—dijo señalándome con uno de sus finos dedos.— Por hacerme venir a estas horas de la noche y por no escuchar mis advertencias acerca de el.

—No te he dicho nada, apenas y mencione su nombre.

—No hacía falta.—respondió.— No te molestes conmigo, solo estoy en mi papel de madre protectora.

Rodé los ojos. Ambas subimos a mi habitación y le conté todo lo que había pasado el día de hoy. Stella me regañó una vez más.—No se que hacer al respecto ¡esto es horrible! —dije y estampe mi cara contra la almohada.

—Eres un caso perdido. Caíste en sus redes.— Stella movió la almohada, dejándome observar su sereno rostro.

—Gracias por los ánimos mejor amiga.—dije sarcásticamente.— Tengo que encontrar la forma de desenredarme de sus redes, en realidad, me vendrían bien algunos consejos.

—Ariana.— me miró con una pequeña sonrisa.—Sabes que no importa lo que yo diga, por que al final harás lo que te plazca cuando se trata de él.

—¡Tienes tanta maldita razón! Odio eso.—hice un puchero.

[...]

—¡Eh, Ariana! —deje de caminar y voltee hacia atrás, vi a Justin caminado rápido hacia mi y aminore mi paso para permitirle alcanzarme, hasta que se colocó a mi lado.—¿podemos hablar?

—Claro, de que quieres...— Justin tomó mi brazo y me arrastró hasta uno de los pasillos vacíos. Él miró a los alrededores y no habló hasta que se percató que no había nadie más.

—Yo quería hablarte acerca de lo qué pasó el otro día.—dijo y pasó su mano por su cuello con nerviosismo.— Realmente no fue nada ¿cierto? quiero decir, solo fue el calor del momento.

Estuvimos apunto de besarnos y eso pudo ser increíble pero tu tranquilo, no fue nada.— quise decir pero no lo hice.

—Esta bien, Justin.— le quite importancia aunque no fuera así.—No fue nada.

—Bien, por qué no quería que las cosas se pusieran extrañas entre nosotros.

Gruñi para mis adentros. Tenía que olvidarme de todo esto, me sentí estupida por creer que podría pasar algo y no era por qué dudara de mi misma sino que él era... bueno, no creo encontrar la forma correcta para describirlo.

—Justin.—dije y reí, haciendo que lo que estaba apunto de decir se escuchara como una probabilidad muy lejana.— No es como si te fuera a pedir toda una vida juntos, tranquilo.

Si, tenía unas inmensas ganas de besarlo y si, estaba casi segura de que ocurría lo mismo con el, sin embargo algo nos detenía.

—Tienes razón, solo me aseguraba.— el me lanzo una sonrisa un tanto incómoda.— Supongo que nos veremos por ahí.— comenzó a marcharse y lo despedí con la mano.

—¿Entonces te parece bien? ¿Ariana?—preguntó Paul, agite la cabeza regresando a la realidad, había estado sumida en mis pensamientos y todos ellos regresaban a la charla que había tenido con Justin ya hace varios días, desde eso las cosas quedaron más extrañas entre nosotros y siempre que estaba apunto de toparme con el, me las ingeniaba para evitarlo.

—Perdona ¿que dices? —me disculpe apenada, Paul sonrió tiernamente y repitió lo que había dicho segundos antes. Al parecer me invito a salir y estábamos acordando la hora.—Claro a las 8.

—Perfecto, pasó por ti a esa hora.— asentí, el se acercó a mí y con un poco de indecisión me dio un beso en la mejilla a manera de despedía.

Paul es un chico de mi clase, es un buen chico, atento aunque a veces tímido. Me apetecía salir con el y distraerme un rato. No era exactamente mi tipo pero valía la pena intentarlo.

Stella la cual había visto lo qué pasó, se acercó con una sonrisa pícara.—¿Así que Paul, eh? no lose, Ariana.—me dio una leve codazo.— Esto me huele a querer matar algunos sentimientos.

—Oh, vamos. Es un chico lindo ¿y que si quiero matar sentimientos saliendo con otros chicos?

—En realidad, me parece buena idea que tengas citas.—comenzamos a caminar fuera del colegio.

—Además si al señor "no fue nada" no le importa, a mí tampoco.—afirmé con seguridad.

—Por lo menos tuvo la decencia de hablar contigo y no solo botarte.— se burló.

—Solo espero que esto funcione.

Y realmente lo esperaba por mi bien. Mi cabeza era un desastre en estos momentos y no podía seguir así.

Dangerous love» jarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora