Dangerous love» jariana

Capítulo 44

"Año Nuevo"

Los últimos días habían transcurrido con lentitud. Al final papá mantuvo su promesa de castigarme en cuanto regresamos a casa. No podía salir o hacer nada, en algunas ocasiones Stella logró colarse en mi habitación, salvándome del eterno aburrimiento y en otras simplemente me escapé por la ventana.
No fue hasta navidad que mi castigo fue levantando, gracias a mi buen "comportamiento" y a qué papá no podía ponerse muy estricto debido a que había permanecido varios días fuera de casa.

Y ahora en estos momentos de víspera de Año Nuevo, me encuentro alistándome para la fiesta que se llevará a cabo en la casa de Justin y los chicos.
Me coloco el ajustado vestido dorado que se ciñe perfectamente a mi cuerpo, dejo mi cabello suelto en ondas y por último me monto sobre los kilométricos tacones.

Cuando Stella toca el claxon de su auto ya estoy lista, y pronto emprendemos nuestro camino.
Para el tiempo que llegamos la fiesta ya ha empezado, hacemos resonar nuestros tacones mientras nos hacemos paso entre la gente.

Diviso a Justin que se encuentra recargado sobre la pared mientras charla con un grupo de personas. Luce increíblemente guapo esta noche, con unos jeans, una camisa blanca de vestir (qué raramente usa pero me encanta) arremangada hasta los codos y el cabello ligeramente revuelto.
Siente mi mirada en él y pronto se acerca con aire despreocupado, me observa de arriba abajo y su boca se curva en una perfecta O para después envolver mi cintura y plantarme un casto beso con sabor alcohol. 

—Estas preciosa.—susurra en mi oído.

Sonrío complacida. Nunca falla en hacer cumplidos.

—Veo que te vestiste para la ocasión.—comento encantada, y acomodo el cuello de su camisa que está ligeramente desacomodado.— Me encanta que uses camisas de vestir.

—Entonces debería vestirme así más a menudo.—responde con una sonrisa socarrona.

La noche transcurre animada, le doy un sorbo a mi bebida mientras disfruto de la fiesta.

—Grande te necesito ahora.—grita una voz a mi espaldas.

Observo a un rubio que se aproxima decidido.

—¿Qué ocurre Holmes?

—Tú trasero vendrá conmigo.—dice y toma mi brazo para arrastrarme hasta la sala principal, frente a una gran mesa—. Seremos equipo.

—¿Quién dijo que quería hacer equipo contigo? —lo molesto y él entrecierra los ojos en mi dirección.

—Se que eres buena en el beer pong. Lo siento querida, eres mi compañera.

—Si no tengo opción.—bromeo.

Me coloco a su lado, encarándonos a nuestros contrincantes que son dos chicos de nuestra edad.

—¿Están listos? —pregunta uno de ellos.

Después de un par de tragos por parte de nuestros oponentes y alguno que otro por nuestra parte, terminamos el juego como ganadores entre los vítores de la multitud a nuestro alrededor.

El chico moreno que fue nuestro contrincante se acerca a mi con una sonrisa coqueta.

—Buena jugada.

—Buena apuesta, el baile estuvo en punto.—respondo amable y una risa se me escapa al recordarlo.

—Volvería a perder contra ti si eso te hace sonreír.—dice despreocupado.

Enarcó una ceja y antes de que pueda comentar algo, siento unos brazos envolverme por detrás mientras su aroma me envuelve.

—Esa es mi chica.— Justin se regodea en voz alta para después presionar sus labios sobre mi cuello.—¿No es asombrosa? —le pregunta al chico haciéndolo sentir incómodo.