Paula

Capítulo 4

No fue necesario preguntar que quería, con mi simple mirada comprendió.

- Solamente quería saludarte - levantó un brazo y movió su muñeca - ella es Paula, con la que estaba ayer - se dirigió a la joven.

- Hola - sonrió - me llamo Laura. Laura era pequeña, pelirroja y sonriente.

- Hola - sonreí leve. Fue un momento muy de improviso e inesperado, era bastante raro, ni siquiera éramos amigos para que me presentara a su novia.

- Deberías sonreír así al saludarme también -.

Yo sólo lo mire raro, negué con la cabeza y nuevamente comencé a caminar hacía el colegio.
La joven se veía algo simpática, pero aun así no me había caído bien, no se si era por prejuicios, o por su sola presencia de diva creída.

- ¡Ahh! - chilló una mujer. Era ella, Laura, se quejaba por la lluvia que recién llegaba, al parecer no quería mojarse el pelo, por lo que John rápidamente sacó su paraguas y lo mantuvo sobre ellos.

- ¡Paula! Espera - John comenzó a buscar algo en su mochila con su mano izquierda, pues con la derecha sostenía el paraguas - ten, para que no te resfries - era el paraguas que me habían prestado.

- No te preocupes, mi cuerpo tiene buenas defensas - dije segura de mi, pero a quien quiero engañar, era lo mas débil que existía.

Paula - me miró casi reprendiendome - Laura, esperame - le entregó el paraguas que tenían sobre ellos y se dirigía hacía mi.

- De verdad - Lo miré.

- Sí, de verdad - sonreía desafiante.

- Agh - exclame - esta bien, esta bien - le recibí el paraguas y lo abrí. Luego de abrir el paraguas, vi un gesto infantil en el, sonreía como un niño complacido, después de haber llorado tanto por ello que anhelaba con tanta fuerza y esperanza, era algo bastante peculiar, me causaba risa y ternura.

De la nada comenzó a mirarme un tanto impresionado.

- ¿Qué pasa? - pregunté.

- Es sólo que, al fin te veo sonreír con sinceridad - se oía y veía emocionado - la verdad te queda bien esa sonrisa - sonrió.  Sentí como llegaba a hervir mi piel, no sabía si estaba avergonzada por sonreír así por una estupidez, o por llegar a parecer tan seria y amargada, quien en verdad nunca lo he sido. Sin embargo cada momento así, y siempre, me recuerda lo sucedido y el porqué de mis reacciones y emociones.

Volví a mirar a John - gracias - le dije por el paraguas y solo me fui.

(...)

Las clases pasaron rápido, y extrañamente me encontré dos veces con Laura, no intercambiamos palabras, ni miradas, o al menos yo no levante mucho la mirada para observarla.

Recuerda que tienes hora a las 17:00.
Dra. Fuentes.

Era un mensaje de la doctora que me atendía los miércoles. Siempre me mandaba recordatorios, pero con o sin recordatorios lo recordaba. Pensé en dirigirme en seguidas, pero antes pasé a cambiarme el uniforme, por algo mas cómodo de andar.

- Hola - saludé a mi madre.
- Hola cariño -.
- ¿Mi padre? - pregunté.
- Hoy llegará tarde, tiene una reunión - sonrió.
- Ah - respondí, y subí las escaleras para cambiarme.

Mi padre trabaja como contador, y no entiendo como le gusta tanto manejar el dinero y esas cosas difíciles.
Mi madre es profesora de lenguaje, pero no vamos en el mismo colegio, ya que le pedí el favor de ir en distintos liceos.

Cuando bajaba las escalera para marcharme mi celular vibró, supuse rápidamente que era un mensaje.

Hola Paula, soy Isabel, este es mi número real jaja. Y bueno quería invitarte a comer a nuestra casa el sábado, no aceptaré un no como respuesta. ^0^ Adiós cuídate.