9.

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–¿Has estado llorando? ¿Yuta, estás bien? –El mayor levantó la mirada, con los ojos aún rojos e hinchados, afirmando lo que su novio le había preguntado. Sin embargo, solo pudo dedicarle esa sonrisa que tanto lo caracterizaba.

–Estoy bien pequeño, por ti siempre estoy bien. –Se levantó de la silla que estaba justo al lado de la cama de Sicheng y tomo la cara del menor entre sus manos.

Poder apreciar la belleza y el brillo de esa mirada lo hacia sentir completo. Lo hacía tomar fuerzas para lo que se aproximaba a venir. Eso era dejarle ir.

El doctor había dicho que Sicheng era una bomba de tiempo, que en cualquier momento, su corazón dejaría de funcionar y su cuerpo dejaría de tener vida. Y aquello asustaba y frustraba a Yuta.

Confirme pasaban los días la ceguera del chino era más grave. Él lo sabía mejor que nadie, pero aún le decía a Yuta que podía verle claramente, lo cual era sumamente falso. Aún así, Sicheng podía recordar con exactitud el rostro del chico al que más amaba.

–Deberías dormir un poco, Yuta.

–No quiero dormir...

Don't go to sleep. «YuWin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora