CAPITULO 46

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ADAL

Mi mayor fantasía se había cumplido y por un momento me sentí dichoso, había estado con la mujer más hermosa, con la persona que tenía todo lo que a mi me gustaba, un cuerpo perfecto y un precioso rostro, esa sonrisa angelical y ese carisma encantador.

Y sí, si estoy enamorado de ella, lo he estado desde niño; siempre pensé que me gustaría casarme con ella, era tan tierna, tan cariñosa, tímida incluso.

Diego y yo desde niños éramos amigos y siempre cuidábamos que nadie lastimara a nuestra princesita.

Fuimos creciendo y fue creciendo lo que sentía por Marlene, ella no lo sabe pero siempre la he querido y sentí una gran impotencia cuando el Cabron de Ricardo le hizo daño, fue su primer desilusión amorosa, o al menos la primera que yo supe, me dolía verla tan decaída, llorando por un un imbecil, que no valía la pena mientras yo daría todo por ser el hombre de su vida, nunca se lo dije, ella me miraba como su mejor amigo y no iba a arriesgar esa amistad.

Cuando ella me dijo que quería que su primera vez fuera conmigo que era una persona muy especial para ella me sentí el más feliz, claro segundos después me recordó que era su mejor amigo.

Cumplí mi más grande fantasía sexual, pero estaba tan lejos de lograr mi mayor sueño, su cuerpo fue mío pero su corazón no me pertenecía, pronto se casaría y ahí moriría toda esperanza de que algún día me perteneciera.

Ella quizo que su primera vez fuera con migo y aunque ella solo haya vivido una experiencia sexual con su mejor amigo, yo... Yo le entregue mi Alma en cada rose, en cada caricia, en cada beso le deje mi corazón.

Ella hizo el sexo, yo le hice el amor y ahora tenía que acompañarla en la pedida de mano, en la boda y tragarme todo el dolor que sentía al ver que otro se llevaba a mí más grande amor.

MARLENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora