❝ Cuando un alfa rechaza a su omega, cientos de situaciones son desencadenadas.❞
❄ Primera parte de dos, incluye los dos primeros arcos de la historia.
🌺 Trama policial / thriller
🌿 YoonMin // Omegaverse
🍁 Drama, romance, angst, happy...
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—¿Cómo es que aún no podemos tener ni la más mínima idea de su rostro? ¿Eh?
Chanyeol, sentado en el asiento trasero del vehículo con una portátil sobre el regazo, intentaba mantener una conversación con los muchachos de adelante que, desde hacía más de media hora, no hablaban ni se tomaban en cuenta.
Jungkook, de copiloto, llevó un par de palillos a su boca. —Es un imbécil con suerte —explicó con simpleza, manteniendo la vista pegada al exterior en tanto masticaba su comida.
—Es cuidadoso —corrigió Namjoon, con la cabeza recargada en el asiento y los ojos cerrados—. Si sólo tuviera suerte ya lo hubiéramos atrapado. El hombre sabe cómo esconderse, sabe que es buscado. Debe hasta saberse la posición de las cámaras de la ciudad. Vamos, hasta puedo apostar que no sale de casa sin una mascarilla o un par de gafas encima.
—Si es que aún está vivo.
Namjoon abrió los ojos, mirando a Jungkook de reojo, y asintió. —Si es que aún está vivo.
Pues el hombre, el sospechoso que accidentalmente dejó una huella que pudo hacerles unir un par de cabos sueltos, desde aquella vez hace cinco años, no había vuelto a permitir que alguien le siguiera el rastro. Cinco años, y no ha habido ninguna otra clase de desaparición con las mismas características. Cinco años..., y el hombre no había vuelto a darles otra señal de vida.
—¡Oh! —Jungkook exclamó, tragando rápidamente la comida que sobraba en su boca mientras apuntaba hacia el sujeto saliendo desde el Centro médico Asan—. Está saliendo, está saliendo.
Mientras el conductor del vehículo se preparaba para comenzar con la persecución, la que venían repitiendo desde hace ya unas tres semanas, Chanyeol y Jungkook ordenaron su espacio. Ambos, mientras el auto lentamente conducía detrás del Toyota azulado, guardaron sus armas en sus respectivas fundas.
Muchas cosas habían pasado en cinco años, eso era cierto.
Jungkook no había tardado demasiado tiempo en graduarse de la preparatoria y comenzar luego con la preparación para ser investigador. Le bastaron un par de años de entrenamiento, y pronto terminó compartiendo equipo con Blackcat. Aún era nuevo en el departamento de crímenes violentos y no podía meterse o encargarse de muchas cosas, pero al menos ahora podían trabajar legalmente y sin escondites de por medio. Aunque claro, Jungkook aún tenía que fingir que se había enterado de los detalles de las desapariciones cuando entró al trabajar y no antes. Si se enteraban que el alfa se había estado entrometiendo en el caso desde que tenía dieciséis, lo más probable es que Namjoon y Chanyeol terminen suspendidos, y ninguno de ellos quería eso, no.
—Está tomando otro camino, ¿no? —notó Jungkook de pronto, arrugando el ceño al ver que el auto azul a unos metros delante se metía por la autopista.
—Quizás hoy es finalmente el día —Chanyeol agarró su portátil rápidamente para volver a afirmarla sobre sus piernas—. De acuerdo. Si hoy volvemos a casa con buenos resultados, los invitaré a los dos a beber toda la noche.
