Capitulo 9

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Harry se quedó helado en su escoba mientras miraba cómo el hombre se acercaba. Incluso con la distancia no tenía dudas de quién era su visitante. Sólo conocía a un mago que podía mezclar el rosa y el naranja creyendo que realmente lucía bien.

Albus Dumbledore.

El hombre en quien había confiando más que nadie.

El hombre que había tratado de matarlo y en lugar de ello lo había lanzado en el tiempo.

Bufó. Si había alguien a quien no quería ver nunca más era al director de Hogwarts, aunque dudaba que Dumbledore ya tuviera ese cargo.

Los pies de Harry tocaron el duro suelo, tropezó y salió corriendo con la escoba en la mano. Tenía que esconderla. Aún con el hechizo en ella no tenía dudas de que Dumbledore podría ver a través de la ilusión. Si eso sucedía tendría una terrible explicación que dar.

Largas zancadas lo llevaron hasta la puerta y luego al segundo piso.

-Tenemos visita, Tom.

No recibió respuesta, pero sabía que el chico lo había escuchado. A menos que alguien pusiera hechizos de silencio, la mayoría de los sonidos se podía oir a través de toda la casa. Y la única habitación que tenía esos hechizos era su dormitorio.

-Evan, ¿qué sucede?

Harry se detuvo con un pie en su habitación.

-Parece que alguien decidió hacernos una visita.

- ¿Quién crees que es? ¡Oh! No puedo esperar para saber quién es. Aparte del hombre que te trajo a ti ese día y a Tom no ha venido ningún visitante desde que morí y mi familia se mudó. He estado tan solo.

Harry asintió.

- ¿Te importaría mantenerte alejado de él?-. La mirada herida en el rostro del fantasma provocó que Harry se apresurara a continuar- Mientras no sepamos quién es la persona y lo que quiere es mejor estar prevenidos. Si algo sucede quiero que le adviertas a Tom para que pueda escapar.

La elección de palabras pareció ser la correcta. Hubert se iluminó y se veía orgulloso con la tarea que le habían encomendado.

-Puedes contar conmigo. Me aseguraré de que nada le pase a Tom. Y si es necesario, personalmente lo sacaré de aquí.

Harry asintió y guardó la escoba en el baúl, lo cerró con las mismas protecciones y enseguida salió de la habitación cerrándola tras él.

-Confío en que te quedes atrás para que él no te vea.

Hubert hizo un saludo y desapareció. Dónde se había decidido a esconder el fantasma Harry no tenía idea, pero mientras hiciera lo que le había pedido no tenía de qué quejarse.

Caminó hacía la puerta desde donde se escuchaba a alguien tocando, se preguntó si en realidad era necesario todo esto. Después de todo, Dumbledore en este tiempo no sabía nada de él. Para él sería un completo extraño.

Harry hizo una mueca. Dumbledore, en su propio tiempo, había sido la persona más parecida a un abuelo que había tenido. Y aún así el hombre había decidido que era un peligro tan grande que tenía que desaparecer de la faz de la tierra.

Harry se detuvo frente a la puerta e intentó calmar su agitado corazón. Podía hacer esto. ¡Maldición!, tenía qué hacer esto. Se había enfrentado a Voldemort en varias ocasiones, a un dragón y a un perro de tres cabezas llamado Fluffy. Ver a Dumbledore, que ahora no sabía nada sobre él y probablemente no estaba planeando matarlo, no era cosa del otro mundo.

Con ese pensamiento en su cabeza, respiró profundamente de nuevo para calmar sus nervios y abrió la puerta. Ni siquiera trató de sonreír o parecer amable cuando vio al mago parado frente a él a punto de tocar nuevamente.

El comienzo del comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora