Capitulo 30

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Se escondió tras una armadura cuando los pasos se acercaron. Levantó las orejas y escuchó voces murmurando. Parecía que algo había sucedido. Era la primera vez que veía a los profesores vigilar los pasillos en pareja. La única vez que había visto algo así fue cuando...

Negando con la cabeza decidió no pensar en eso. No era como si fuera a suceder de nuevo. Pero cuando pensó en ello se dio cuenta que tampoco había sucedido esta vez.

Cuando los profesores doblaron la esquina y salieron de la vista, Harry dejó su escondite. El piso de piedra bajo sus patas lo hizo estremecer.

En esos momentos lamentó haber dejado la casa y su cama calientita. Pero sin Tom a su lado no iba a conseguir dormir mucho de todas maneras.

Se sentía extraño recorrer los pasillos de Hogwarts de noche otra vez. En su propio tiempo lo había hecho en incontables ocasiones sin pensarlo dos veces. Pero allí había usado su capa de invisibilidad y el mapa del Merodeador. Aun tenía ambas cosas en su baúl pero no las había usado desde que había llegado a ese tiempo.

Hasta ahora no había tenido razón para usar la capa y temía que el mapa no funcionara al tratar de usarlo ya que, técnicamente, aun no había sido creado.

Además, no tenía que preocuparse porque lo atraparan ahora. Al igual que con la capa ahora podía moverse libremente pero de manera diferente.

No tenia que preocuparse por ser visto u oído pero aún tenia que tener cuidado. Harry no tenia idea de si Peeves andaba por ahí en ese tiempo pero no quería averiguar lo que seria capaz de hacerle a un gatito.

Se apresuró hacia la sala común de Slytherin. Tuvo que disminuir la velocidad un par de veces para asegurarse bien hacia donde se dirigía. La última vez Tom lo había llevado en brazos hacia allá. Y en su segundo año había tenido más que suerte para llegar con Ron a terreno Slytherin. Había ayudado el que hubieran utilizado a Crabbe y Goyle y no a alguien más. O sino alguien podría haber sospechado de los despistados que se veían.

Si hubiera podido habría sonreído con nostalgia. Por algún tiempo había estado sopesando la idea de decirle a Tom que había llegado del futuro y cuál era su verdadero nombre. Quería escuchar como se oía su nombre cuando Tom lo decía. Claro esta que había escuchado a Voldemort decirlo muchas veces, aunque mayormente había sido su apellido y siempre cuando estaba tratando de matarlo.

Pero nunca había oído a Tom decirlo y no podía evitar desearlo.

Aunque tenia muchas más razones para no decirle la verdad a Tom.

Tom se sentiría traicionado y Harry podía entenderlo. Él también se sentiría traicionado si hubiera vivido todo ese tiempo con alguien para después enterarse de que era una persona completamente diferente.

Y, si Tom aceptaba que era del futuro y no estaba loco, entonces comenzarían las preguntas. Preguntas que no podría responder por miedo a cambiar el futuro más de lo que ya lo había hecho al llegar.

No podía arriesgarse a perder a Tom por algo que no tenía importancia. No era como si pudiera volver ahora a su propio tiempo.

Asintiendo para sí mismo, Harry continuó hacia las mazmorras donde estaba la escondida entrada a la sala común de Slytherin. Lentamente comenzó a sentirse más frío y agradeció su grueso pelaje. Desde la llegada del otoño se estaba poniendo más frío.

Harry tomó las escaleras un peldaño a la vez. Esa era una de las razones por las que a veces deseba haber tenido otra forma animaga. Era pequeño, esponjoso y demasiado adorable. Aunque una de las cosa positivas era que podía acurrucarse en el regazo de Tom. ¿Quien habría sabido que era tan cómodo dormir en el regazo de otra persona?

El comienzo del comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora