Dunk.
No podía creerlo.
Dunk.
No podía ser cierto.
Dunk.
Después de todos los pasos que había seguido.
Dunk.
Harry dejó de golpear su cabeza contra la pared pero siguió fulminando con la mirada el libro que yacía abierto en el suelo jugando al inocente, aunque no lo era para nada.
Quien hubiera escrito el libro era malvado, así que por ende el libro era malvado.
No había otra forma de explicarlo.
Continuó fulminando con la mirada al libro. No era como si alguien fuera a verlo haciendo eso. Hubert había decidido esconderse cuando escuchó a Harry gritar. El fantasma aprendió que era mejor mantener la distancia cuando él estaba así. De esa manera nadie sufría.
- ¡Maldición!- exclamó pasando una mano por su cabello dejándolo más desordenado de lo que ya estaba.
Había creído que progresaba. Decidió sentarse y meditar. Se suponía que Tom llevaría ese día a casa a algunos amigos. Harry no tenía dudas de que ninguno de ellos era realmente amigo de Tom. A ellos les gustaba creerlo, pero él, Harry, sabía que Tom no dependía de nadie.
De vuelta al tema, Tom había invitado a sus amigos después de informarle a él que lo haría. El joven se había asegurado de que todo estuviera listo para ellos. Limpió toda la casa de arriba a abajo. El almuerzo estaba en bandejas de cocina. Sólo era sándwiches, pero Harry pensaba que no estarían muy hambrientos pues venían directo de Hogsmeade.
Y por último, se había puesto una de sus mejores túnicas. Pensó que al menos podía hacer eso por Tom.
Después de todo el chico lo había cuidado cuando estuvo enfermo.
Era algo que nadie había hecho por él antes.
Harry no estaba seguro de lo que había sucedido, pero Tom parecía más posesivo desde aquél día. No era a menudo que el adolescente lo dejara fuera de su vista e incluso en esas ocasiones no lo hacía voluntariamente. Cuando Tom regresó a Hogwarts para su cuarto curso comenzaron a escribirse de nuevo. Harry tenía las cartas del chico en su mesita de noche.
Cuando él estuvo en Hogwarts nadie se había tomado la molestia de escribirle. Bueno, nadie a parte de Sirius. Y esas cartas habían sido muy esporádicas. Harry se prometió hacerlo mejor.
Se asombró al notar lo lejos que habían ido sus pensamientos. Casi olvida la razón por la que estaba tan frustrado.
Todo era por su forma animaga.
Había intentado encontrar su forma por casi un año ya y aún así no había logrado una mejora real. Todo lo que veía cuando meditaba era un bulto negro.
¿Acaso era posible ser otra cosa que un animal al ser animago? Si era así nunca había escuchado sobre ello. Pero ya que él era el maldito Harry Potter se preguntaba si acaso ese sería el caso.
Se levantó del suelo junto a la chimenea. Aunque todavía estaba cálido se aseguraba de que el fuego estuviera siempre encendido. Era la forma más rápida para que los gnomos se comunicaran con él. Nunca había estado más agradecido por los hechizos enfríadores.
Aunque no tenía deseos de volver a ver el libro, Harry lo llevó consigo a su habitación. No podía dejarlo allí donde cualquiera pudiera encontrarlo. Le costaría mucho explicar porqué lo tenía.
Sonrió cuando sintió una especie de hormigueo proveniente de las protecciones; Tom y los demás habían arribado. Dejó su habitación.
Se dio la vuelta y tropezó. Abrió sus ojos al máximo al notar que la escalera se acercaba demasiado rápido. Se hizo una bola e intentó protegerse la cabeza con los brazos al comenzar a caer.
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El comienzo del comienzo
FanfictionEsta historia no me pertenece, le pertenece a HuskyWalker de fanfiction en inglés y a fadamaja en español. Tomarry La continuación de la historia se llama "decido mi propio destino"