Capitulo 28

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Antes:

-Estaré más que feliz de asegurarme de que tú no puedas interferir en nuestros planes, chico.

Ahora:

Mientras miraba el haz de luz verde que se dirigía hacia él, Harry no pudo evitar maravillarse. ¿Cuantas veces le habían lanzado esta maldición en especial? Quizás deberían pensar en cambiarle el nombre. Él podría darles algunas sugerencias.

Como La-maldición-para-todos-aquellos-que-quieren-matar-al-maldito-Harry-Potter.

Muchas personas habían tratado de maldecirlo con la Avada Kedavra. Bueno, quizás no tantos, pero más de lo que quisiera. Hasta el momento habían sido Voldemort, un puñado de mortífagos y también Dumbledore. Si seguía así quizás Dumbledore tendría tantos intentos como Voldemort.

No teniendo deseos de morir, Harry rodó del lugar de donde estaba y miró cómo la maldición chocaba justo donde él había estado hacía un segundo. El mirar cómo el brillo desaparecía de los ojos de Dumbledore y era reemplazado por rabia le hizo sentir aún mejor.

Harry se puso de pie y saltó a un lado para evitar otra maldición.

Ahora que Dumbledore había usado una de las Imperdonables este lugar se llenaría de Aurores.

Aunque quería ver a Dumbledore en Azkaban sabía que era poco probable. El profesor era mejor que un Slytherin para salir de todo tipo de situaciones.

Era más probable que él terminara con toda la culpa y entonces sería quien acabara en prisión.

Ya que ver Azkaban por dentro y estar cerca de los dementores no estaba en su lista de cosas qué hacer antes de morir, supo que tenía que salir de ahí pronto.

Tomando su varita lanzó el primer hechizo que se le ocurrió.

- ¡Stupefy!

Aunque Dumbledore ya era viejo, al menos ante los ojos de Harry, se movía con más gracia de la que habría creído. Pero el Dumbledore que había conocido en su tiempo había sido más viejo y no en tan buena forma como el de ahora.

Luchar contra Dumbledore le hizo darse cuenta de lo poco que sabía. Harry envió otro stupefy tras Dumbledore. Auque el hombre no le caía bien no podía concebir la idea de lastimarlo seriamente.

-Quédate quieto para poder maldecirte.

Harry frunció el ceño mientras esquivaba otra maldición.

- ¿De verdad piensa tan poco de mi? pensé que me conocía mejor, Dumbledore. Después de todo fue usted quien me trajo aquí en primer lugar.

En estos momentos Harry no vio al subdirector enfrente de él. En lugar de ello vio al hombre que había sido como un abuelo, el que había creído que se preocupaba por él. Y el hombre lo maldijo sin darle una advertencia, y ahora lo hacia de nuevo.

Cansándose de la situación, Harry usó un movimiento con su mano libre y liberó magia pura para empujar a Dumbledore contra la pared. Se quedo quieto mientras recobraba el aliento y fulminaba con la mirada al viejo.

- ¿Tiene idea de lo mucho que jodió mi vida? Si no fuera porque todavía lo veo como familia ya lo habría matado-. Cuando Dumbledore intentó interrumpirlo, Harry hizo uso de magia sin varita y sin palabras para silenciarlo. No estaba interesado en escuchar nada de lo que el hombre pudiera decirle-. Escuche, y escuche bien, porque solo lo diré una vez: Lo dejaré ir por ahora, principalmente porque no quiero terminar en Azkaban por matar a alguien como usted-. La mirada que le dirigió Dumbledore no podía estar mas lejos de la brillante y orgullosa mirada paternal que le brindaba el viejo en su tiempo. Aunque Harry lo escondió bien le dolió mas de lo que quería admitir-. Pero te lo advierto. Ve tras Tom o cualquier otra persona que me importe y te darás cuenta de que no habrá nadie que pueda esconderte de mi ira. No importa dónde te escondas o con quién busques protección; te encontraré y haré que sufras tanto dolor que tu pequeño cerebro no podrá soportarlo y colapsará antes de que te conceda la muerte.

El comienzo del comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora