Sueño con O'Brien [Completada]

Capítulo 40: Finales

•Lacey POV•

🔹Dylan O'Brien 🔹
He tenido un sueño extremadamente raro.

Repito la oración en mi mente sin poder creerlo. Y es que ni si quiera podía considerar que todo lo que había pasado había sido solo un sueño. Porque ¡AGH! yo juraba que había conocido a Dylan, JURABA que mi sueño era realidad. Pero tal vez el hecho de que Anabeth hubiera tenido el mismo sueño y Dylan haya soñado algo extraño, no descartaba la posibilidad de que en realidad hubiera existido alguna conexión.

Luego de gritar, morir, revivir y respirar, Anabeth y yo nos miramos por un segundo.

–Dime que esto no es un sueño y que verdaderamente Dylan acaba de tuitear que ha tenido un sueño extraño.–Habló mi amiga posando sus manos en mis hombros.–¡Pellízcame, Lay!

Entonces hice lo que me pidió y luego de oír su gritito, le pedí que hiciera lo mismo conmigo.

–No estamos soñando, Ana.–Anuncié tan perpleja como emocionada.–Dylan, tú y yo tuvimos el mismo sueño.

Entonces al decir aquella última frase, recordé la visita que nos esperaba en la sala de la casa de Anabeth. Si el sueño había sido tan real, quería decir que cabía la posibilidad de que...

–¡¿Bueno es que se están maquillando para modelar o qué?!–La vociferación de Max desde la planta de abajo nos hizo apurarnos. Tenía que averiguar el motivo de su aparición.–¡Avancen!

–Ya, ya vamos.–Fue lo que Ana dijo después de terminar de ponernos algo decente.

Bajamos las escaleras mientras pensaba qué pasaría si mis sospechas eran ciertas. Un vago recuerdo de la noche anterior (el prom) se coló por mi cabeza dolida. Había bebido mucho y -ahora que lo pensaba- no recordaba mucho de lo que había sucedido. Sin embargo, en cuando la figura de Maxwell apareció en mi campo visual, una fuerte corazonada me indicó que algo importante había sucedido.

–Hasta que aparecen.

–Hola, Max... ¿A qué no adivinas?

–Hey, Ana ¿qué sucede?–Dijo Well.–¿Cómo andan después del tan inigualable baile de graduación?

–¡Asdfghjkl!–Comentó Ana.–Todo perfecto Max porque no te imaginas lo que acaba de
ocurrir y con quién soñamos.

–No me digan que...–Maxwell me miró fijamente y por primera vez desde que llegó me digirió la palabra.–¿Oye, estás bien, Lacey? ¿No andas con resaca?

Por un momento creí perderme en sus pupilas color azabache y no tuve el valor de sostenerle la mirada. Al final, una sonrisa se escapó. No sé qué era lo que me pasaba.