Todo cambia [2Jae]

diez.

¿Desde cuándo ir a estudiar a un precioso y enorme parque era una buena idea? Bueno, tal vez lo era, ya que estaba entre árboles y flores. También se podía escuchar el cantar de los pájaros y el sol era muy cálido. Esto me ayudaba a relajarme y tener menos estrés a la hora de estudiar, pero con dos personas invadiendo mi burbuja de estudio y molestando no era tan agradable.

-¿Os podéis callar un segundo? -miré irritado a la parejita que tenía enfrente de mí.
-Lo siento, hyung... Pero el chiste que me acaba de contar BamBam es tan genial. -volvió a reír.
-Me importa una mierda el chiste de BamBam, ¿vale? ¡Necesito estudiar para el examen y con vosotros no puedo! -grité alterado. -¿Para qué os he dejado venir? -dije esto último más para mí mismo que para ellos.
-Tienes razón, necesitas estudiar. -habló BamBam con tono arrepentido.
-Exacto, así que mejor irse lejos. -hice un ademán indicando que se fueran.
-Vamos a dar una vuelta, Bam. -decidió Yugyeom.

Ambos se levantaron de la mesa de picnic en la que estábamos y se agarraron de las manos.

-Hyung, cuando termines de estudiar llámame o mándame un mensaje, ¿vale? -me pidió mi mejor amigo.
-Vale. -asentí.
-Adiós Youngjae, lo siento por haberte molestado. -dijo ahora BamBam mientras se acercaba a darme un abrazo por detrás, ya que yo estaba sentado. -Te quiero mucho, que lo sepas.
-¡Yo también te quiero! -se acercó Yugyeom y también me abrazó.
-Yo también os quiero mucho a vosotros, pero ahora mismo necesito soledad.
-Entendido, ya nos vamos. ¡Adiós, que te vaya bien!

Ambos se despidieron con la mano, yo hice el mismo gesto mientras añadía un "gracias, hasta luego".
Una vez que ambos desaparecieron de mi vista, suspiré y me centré de nuevo en todo lo que tenía que estudiar, lo cual no era poco.

Tres horas y media pasaron y mi cabeza iba a explotar. Incluso Yugyeom me avisó de que se iba a ir a casa y me pidió que volviese con ellos, pero me negué. Así que me tocaría volver solo por mi cuenta, pero me daba igual, me gustaba caminar solo.

De un momento a otro, mi móvil sonó. Con pereza lo agarré y vi en la pantalla que era Jaebum. ¿Ahora qué quería?

-¿Sí? -cogí la llamada.
-¡Youngjae! -soltó con un tono desesperado.
-¿Qué?
-¡Necesito que me ayudes con unas cosas que no entiendo! -seguía usando el mismo tono.
-No. -respondí seco.
-¿Por qué? En serio, necesito que me expliques esto porque ese día yo falté a clases y...
-Me da igual, -le interrumpí. -hay más compañeros en nuestro curso que te pueden ayudar. Tienes a muchas chicas detrás que estarían dispuestas a echarte una mano.

Sí, Jaebum es todo un ligón. Bueno, en realidad él no liga o coquetea con las chicas, son ellas las que deciden acercarse y hablar con él. Muchas suspiran por él, y a mí me parecen todas muy tontas, porque saben perfectamente que su novia es Jihyo, y aún así siguen intentándolo, incluso aunque sea en vano.

-No quiero pedirle ayuda a ellas, por dios. Lo que menos harían es explicarme las cosas. -suspiró.
-Qué pena. -dije sarcástico.
-¿Cómo puedo convencerte para que me ayudes? El examen es en dos días.
-Lo sé, estoy en la misma clase que tú. -seguía con mi voz sarcástica.
-Youngjae, por favor... -suplicó.
-Pídele ayuda a otros compañeros. Por ejemplo a Taemin, él es muy inteligente.
-No tengo contacto con él.
-Pues ya puedes empezar a tenerlo. También está Lisa, ella siempre saca buenas notas, es amable y ayuda a los torpes como tú. -solté lo último un poco burlón.
-Oye, ¡yo no soy torpe! Sólo no entiendo un par de cosas. -me corrigió ofendido. -Aparte, ella no me agrada. -confesó.
-¿En serio? ¿Por qué? -pregunté curioso.
-Hace unos días atrás me dijo que yo tenía pinta de chico malo rompecorazones y mujeriego. Me sentó muy mal lo que dijo y desde ahí no me cae bien. Siempre hace comentarios totalmente innecesarios. -explicó.
-Hombre, es que... -empecé a reírme. -Un poco de razón sí que tiene.
-¿Perdona? -preguntó ofendido.
-Es que tus pantalones estrechos, muchos de ellos rotos, tus camisetas de rock o sin ningún tipo de dibujo, tus chaquetas de cuero... Más sumando tu cuerpo de gimnasio y tu mirada fría, aparentas ser ese tipo de persona. ¿Por qué te crees que tienes a tantas chicas detrás tuya babeando por ti? A muchas les gustan los chicos guapos, fuertes y con aspecto de malos. -opiné.
-¿No te gusta mi forma de vestir?
-Sí me gusta, hyung. Pero eso no quita que aparentes lo que te ha dicho Lisa. -reí.
-Aparento todo lo que no soy. -bufó.
-Por eso está el famoso dicho de "no juzgues a un libro por su portada", hyung.
-Qué inteligente, ¿no? -me dijo sarcástico.
-Más que tú, sí. Por eso tú eres el que me está pidiendo ayuda. -contraataqué.
-Te odio. -gruñó molesto.
-Bueno, voy a colgar...
-¡No! -gritó, tanto que tuve que apartar un poco el teléfono de mi oreja. -Si me ayudas haré lo que me pidas.
-¿Esto es chantaje? -fruncí el ceño.
-No, de verdad, haré lo que quieras.
-En ese caso... -lo pensé un poco. -Necesito que me des algunos consejos para ser más atractivo. -respondí un poco inseguro.
-¿Más atractivo de lo que ya eres? -dijo incrédulo.
-En mi cuerpo no hay ni un dos por ciento de algo atractivo, hyung. -me quejé.
-Para ti, pero para mí sí eres atractivo.
-Me da igual, yo quiero ser atractivo para las mujeres. -suspiré.
-Bueno, si eso quieres te puedo ayudar a sacarte un poco más de partido, pero si mañana quedamos y me explicas lo que no entiendo, y de paso estudiamos juntos. ¿De acuerdo?
-De acuerdo. -acepté.
-¡Genial! Gracias, Jae. -no podía verle, pero sabía que estaba sonriendo.