catorce.

5.9K 680 1K
                                        

El recorrido de Seúl a la Isla Jeju había finalizado. Y daba gracias a Dios de que aún tuviese un poco de paciencia y cordura dentro de mí.
Fue una malísima idea ir con todos en un tren. Podría haberme buscado la vida y haber ido solo, sin tener que aguantar los gritos, risas y el alboroto en general que provocaban todos los demás menos yo.
Y sí, era raro que yo no estuviese haciendo tonterías o riéndome como un loco desquiciado, pero en estos momentos no me sentía aún con demasiada confianza.
Sabía que estaban Yugyeom, Jaebum, Jimin, Dahyun, Jihyo y Nayeon, pero... ¿y todos los demás? Algunos los acababa de conocer hoy, y a otros los había visto varias veces, pero no éramos cercanos. Con el chico que más veces había hablado era con Taehyung, y aún así ni siquiera sabía cuál era su color favorito.

Una vez nos bajamos del tren y salimos de la estación, todos nos dirigimos andando a casa de los tíos de Jin, ya que él dijo que la casa no estaba a más de quince minutos a pie. Cosa que acabó siendo mentira, ya que al final estuvimos caminando por veinticinco minutos y a mí ya me dolía todo. Porque esto no era caminar tranquilamente, no. Esto era caminar con peso en las manos y espalda, y encima con un poco de prisa.

Después de toda la caminata, nos paramos enfrente de un portal muy grande de color negro con algunos detalles en dorado. Más que una casa, esto parecía una mansión. Bueno, no parecía, lo era.
Mi mandíbula casi tocó el suelo cuando entramos a la mansión. Si por fuera ya era enorme, por dentro era gigantesca.

-¿Qué os parece? -nos preguntó Jin con una gran sonrisa.
-Creo que voy a estar una semana entera perdiéndome. -respondió primero Minho.
-Bueno, tú te pierdes hasta en los supermercados, es normal en ti. -se burló Baekhyun, mientras que el aludido le fulminó con la mirada.
-A mí me gusta, se ve acogedora. -elogió Jungkook mientras paseaba su vista por el enorme salón.
-Tienes que estar de broma. -replicó Jimin. -Esto no tiene nada de acogedor, por la noche va a ser horrible ir al baño o a la cocina a beber un poco de agua. -hizo una mueca.
-No es mi problema que tu segundo nombre sea cobarde. -le sacó la lengua infantilmente Jungkook.
-Ahora verás.

Jimin empezó a correr detrás de él y desaparecieron de nuestra vista.
Todos nos quedamos callados ante ese momento raro, pero Namjoon habló.

-A ver, chicos. Somos dieciséis, así que cada uno compartiremos habitación con otro. Tienen que ser dos personas por cada habitación. Id decidiendo con quién queréis estar. -hizo un gesto para que empezáramos a decidir.

Jimin y Jungkook volvieron con los pelos revueltos y sin aliento. Me quedé mirándolos por unos segundos, ¿acababan de correr un maratón o qué?

-No me mires así, Youngjae. -frunció el ceño Jimin. -Lo único que he hecho es correr tras él, pero es tan rápido que no he podido hacer nada. -hizo un puchero. -Odio que sea tan escurridizo y que siempre me haga bullying.
-Es un bullying amistoso, hyung. -reí por su expresión indignada.
-¿Y qué? Ni siquiera Yoongi se pasa tanto como él. -suspiró. -Y esto sólo es el principio, luego Taehyung y él harán un complot para molestarme durante estos siete días.
-No creo que sea para tanto. -dije restándole importancia. -Si te molestan es porque realmente te quieren y se divierten contigo.
-¿Puedes dejar de defenderlos? -me pidió con mala cara. -¡¿Eres mi amigo o el suyo?! -preguntó con indignación.
-Creí que no éramos amigos... -entrecerré los ojos.
-Por supuesto que sí lo somos, así que defiéndeme y ponte de mi parte y no de la de ellos. -me dio un par de palmaditas en el hombro y se fue junto a Yoongi.

Volví mi vista a Yugyeom, quien iba a ser mi compañero de habitación. Por una parte me habría gustado que fuese Jaebum, pero él tenía que compartirla con su novia. Aún así también me alegraba, porque contra menos tiempo a solas pasásemos, mejor sería.

-Hyung~ -agarró mi brazo Yugyeom.

Yo le miré sin decir nada, sólo esperando a que dijese lo que tenía pensado.

Todo cambia [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora