Capitulo 2: "Perdida en el camino, no perderle la mira"

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Un temor la invadía, ¿temor?

Temor a ser criticada por ser ciega, temor a no poder llevar el mismo ritmo que sus compañeros, temor... temor a todo lo que la esperaba.

-No tiembles nena, que estoy comenzando a pensar que no es por el frio-le susurro en el oído Micaela mientras caminaban con rumbo a la puerta principal-Estoy que me quiebro-le confeso-.Ya somos Seniors y carajo que nervios-se aferró al brazo de Emily.

Emily trataba de mantener sus ojos al frente, quería verse como alguien normal.

Algunos recuerdos de la escuela volvieron a su cabeza, y un nombre comenzó a hacer barullo en ella.

-¿Y Frank?-pronuncio Emily el nombre de uno de sus amigos de noveno y décimo grado.

-¿Frank? ¿El idiota Morgan?-Micaela recibió un golpecito en su brazo de parte de su mejor amiga-.Esta re bueno. Como te dije Emily, la pubertad nos quiso mucho.

-No me lo imagino-sonrió alegre-¿Por qué ya no me has hablado de el?... siempre desvías el tema.

-La gente cambia Emily-dijo en quedito-.Ten cuidado-le advirtió antes de subir las escaleras de la puerta de caoba marrón.

¿Por qué Frank había cambiado? Esa pregunta se hacía a sí misma Emily una y otra vez. ¿Qué tantas cosas le había ocultado Micaela?.

Se sintió decepcionada por la parte en la que su amiga quería no solo cerrarle los ojos, si no también taparle los oídos.

...Por otro lado...

Los hijos de padres adinerados se reunían junto al gran roble que se encontraba a unos metros de la reja que cubría la universidad entera.

Este grupito se dividían en dos partes, la femenina y masculina.

En la femenina pertenecían todas las porristas, hijas de empresarios, organizadoras de comités y las chicas más monas, no solo de rostro, sino de cuerpo también.

En la masculina pertenecían los jugadores estrellas, (Baloncesto, FAmericano, Béisbol, grupo de lucha, etc.), y los guapos con dinero, los más egocéntricos e hijos de papis.

En el grupo de los hombres los líderes eran cinco: Daniel Sharman, sin duda un bombón para la mayoría, con una energía que no tenía fin, su padre era un gran productor de cine y Daniel había sido dotado con una gran belleza física, digno para ser un protagonista. Francisco Lachowski, jugador como ninguno, no solo por tener la gran habilidad de ser bueno en todos los deportes, sino que también era bueno jugando con toda aquella que se dejara querer, hijo de los dueños de unos departamentos en New Jersey. River Viiperi, el sueño de muchas, caballero con todas, pertenecía en la cuadro de honor, y era hijo único, fue criado por su madre, quien manejaba la mayoría de las editoriales a los alrededores. Frank Morgan, la inquietud de muchas, con una sonrisa matadora, su padre tenía una compra y venta de empresas y por último y el más insoportable... Colton Haynes, el sueño dorado de todas, se sabe guapo y no teme en presumirlo, la seguridad de sí mismo era impresionante, Haynes era fácil para describir: dios griego, adinerado, egocéntrico y todo un conquistador, simplemente el sueño de todas, sus padres eran dueños de algunas manzanas comerciales en New York, rentaban locales de las calles principales.

Era tradición que todos ellos se juntaran en ese roble.

Colton y Daniel disfrutaban de la vista de las piernas de sus nuevas compañeras. Clasificándolas del cero al diez.

Los deportistas y las porristas estaban en el área verde, en esa área estaba prohibido el cigarrillo, más bien en toda la institucion no estaba permitido el consumo de cigarros, pero detrás del gran roble, era difícil divisar lo que hacían los estudiantes.

Daniel soltó la calilla del cigarro, que quedaba la mitad. Lo piso contra el pasto.

-¿Pero qué has hecho hermano?-preguntó Colton alterado.

-Me había hartado-se encogió de hombros sin darle tanta importancia.

Colton pensaba que era una estupidez de tamaño mundial la de Daniel al aventar ese cigarro, quedándole tanto que inhalar. Este tipo no aprovechaba las oportunidades de la vida.

El castaño le ofreció una mentita Tic Tac para deshacer toda evidencia. El rizado acepto y se empino el botecito.

-Es hora de clasificar a las nenitas-Daniel froto sus manos, el frio les helaba hasta los huesos.

Colton traía puesto su chaqueta de cuero preferida, pero esta no era suficientes para esa mañana.

Lucir perfecto es algo que a Haynes se le daba de maravilla y no por un simple frio dejaría de verse como él es.

‹‹Tu personalidad muestra tu verdadera cara›› Colton se lo repetía muchas veces, queriéndose creer su propia mentira.

-Coltita-el apodo femenino que le había puesto Daniel solo para hacerlo enfadar.

Nadie tocaba el orgullo masculino de Haynes

-Si me dices así, te jodo ahí mismo-le apuntó el suelo, Colton, Daniel soltó una risita irónica.

-Esas dos-solo le apunto con sus cejas, el castaño volteo a su derecha y ahí venían dos criaturas cautivadoras.

Una rubia y otra morena con cabellera castaña.

El castaño llegaba a distinguirles bien el rostro, pero se notaban que estaban de buen físico. El par caminaba dejando a algunos con la boca abierta.

La rubia, se desenvolvía para destacar, volteando a todos lados y sonreía a los cumplidos de todos los tipos que se los tiraban.

En cambio la morena, con una serenidad muy descriptiva, con la mirada perdida en el camino, no mostraba emoción alguna. Caminaba segura, eso le había gustado a Colton, el castaño sonrió de lado y le dio una pasaba a su cuerpo.

La morena poseía unas piernas mortales.

Ninguna chica soportaría a tantos cumplidos y miradas sin ni siquiera voltear a quien agradecérselo o a insultarnos por tal vulgaridad.

Colton se recargo en el tronco del gran roble, contemplando los variados paisajes que tenía a su disposición. Su preferido fue el movimientos de caderas de la morena, llegando el momento en donde la comenzaba a perderle la vista, los arboles con hojas anaranjadas le impedían seguirla.

El par se fue mesclando entre los estudiantes. El instituto estaba demasiado grande, y no debía de perderle la mira.

-Tengo algo pendiente-le avisó a Daniel, tomaron sus mochilas y las colgaron en sus hombros.

-Te acompaño-Daniel salió corriendo tras los demás.

‹‹Si claro›› Colton volcó sus esferas oculares al ver como su mejor amigo también desaparecía dejándolo solo.

Mirada PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora