Con las respiración agitadas ambas se adentraron a un local de comida rápida, se sentaron en la mesa menos visible-por si las dudas aquellos dos iban tras de ellas no las iban a alcanzar a divisar desde los cristales del local-.
El día en resumen había comenzado mal y su transcurso también, bueno, al menos así era para la morena.
Por el momento el corazón y alma de Emily estaba a mil por hora, se sentía acorralada y confundida, e inevitablemente las sensaciones de la cercanía de Colton le provocaba escalofríos al recuerdo.
Ese hombre era pura confusión, un día tiraba insinuaciones, al otro se hacía pasar por súper héroe, al otro le gritaba, luego no le dirigía la palabra, la secuestraba y de nuevo se le insinuaba y la acorralaba.
-Ponme atención-Micaela se percató de que su amiga se encontraba a cientos de kilómetros lejos de ella, la miro tratando de descifrar sus pensamientos, era bueno en eso.
Sus labios temblaban y estaban entreabiertos, sus mejillas enrojecidas, ojos brillosos, las manos de la morena jugueteaban entre sí.
Conclusion: nunca la había visto de esa manera y era un gran misterio para sus conocimientos psicológicos.
-No me mires así que me da miedo.
-Odio que te des cuenta cuando te miro.
-Como no darme cuenta si siento como me queman esos ojos rayos láser.
-Mis ojos son hermosos-batió sus pestañas.
-No lo niego, pero tu mirada se siente con facilidad.
-Otra cosa es que tú seas como un sensor-la rubia comenzó a hacer soniditos como los de la máquinas registradoras.
-Deja de hacer eso y dime como me encontraste.
La rubia se acomodó bien para comenzar a redactar su relato.
-Espera, necesito un café para verme interesante al momento de platicártelo-levanto la mano y una pequeña morena se acercó.
-Bienvenidas, ¿Qué desean ordenar?-esta no las miraba, estaba preparada para cuando la rubia comenzara a hablar y anotar todo sin que nada se le olvidara.
Micaela al verla sonrió, la tomo del brazo y la tiro a lado, la pequeña joven se asustó por el acto, soltó un chillido y cerró los ojos.
-¿Por qué todos actúan así?-Miro con atención como Carolina se había convertido en un erizo del susto, protegiéndose de los peligrosos movimientos de Micaela.
Carolina fue abriendo los ojos con lentitud, Micaela la miraba con el ceño fruncido y sus brazos cruzados en su pecho.
-Me has sacado el corazón.
La morena al escuchar la voz de Carolina sonrió, entendía lo que acababa de vivir su nueva diminuta compañera e amiga, la rubia actuaba de forma muy agresiva y en su mayoría podría dar miedo, pero era incapaz de hacer algo que estuviera fuera de las leyes, bueno hasta el momento así era.
Se saludaron y como había dicho Micaela: ella quería un café y eso hizo, pidió café para ambas y unos emparedados para acompañarlas, su amiga mesera anoto el pedido y fue por él.
A los minutos llego con la comida y se sentó esperando la entretenida anécdota que Micaela estaba por contar.
-Cierra la boca-Carolina reprendía la forma de comer de la rubia, se emocionaba al comer y literalmente se metía todo en un solo bocado.
Emily por su lado masticaba mínimo unas setenta veces por bocado, siempre limpiaba la comisura de sus labios quitando cualquier rastro de alimento y su bebida era hasta terminar con todo.
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Mirada Perdida
Teen FictionElla le enseñara a amar con los ojos cerrado y él a disfrutar cada segundo de la vida.