Ni la madre de Micaela ni la de Emily contestaron el móvil, las dos tenían cierta preocupación por sus madres pero como ambas era amigas podría que estuviesen juntas cenando en algún restaurante o simplemente viendo una película en el cine y por eso tenían el celular en silencio.
Pensaban en todo menos en lo peor, porque entre mas pienses las cosas negativas más reales se vuelven.
La oscuridad en el cielo ya estaba presente, y las calles en Newark no eran exactamente las más seguras, como todas la mayoría de las ciudades-en las noches y principalmente en los fines de semana-, no son las más confiables, hay todo tipo de personas en todos lados, por eso la confianza no debe de ser de algo del que valerse.
Colton veía como la rubia rabiosa marcaba hacendó gestos de disgusto cuando tenía ya tiempo con el móvil en su oreja y nadie contestaba, la morena y su mejor amiga intercambiaban palabras con un aire de desconfianza en sus rostros.
River actuó primero que él, acercándose a ellas.
-¿Sucede algo?-cuestionó el rubio amigable al verla-. Para lo que necesiten, estoy dispuesto a ayudar.
-Nuestras madres no contestan y vivimos a unos quince minutos de aquí.
-Descuida Emily, déjame cierro el lugar y horita la llevo a sus casas.
-River, eres el hombre más caballeroso.
-Y guapo también.
La rubia asintió cómplice y tomo a su mejor amiga del brazo para jalonearla al lado de Corolina que después de haber acomodado todo en el local y haber dado una limpia rápida a las mesas y suelos, se dispuso a leer en lo que la esperaban que fueran las diez y para eso no faltaba tanto.
-¡Tengo sueño!-grito la rubia recostando su cabeza en la mesa.
-Quita tu cabeza de ahí, ¿no vez que acabo de limpiar?.
La rubia hizo un puchero y se dejó caer en el asiento de al lado con intenciones de acostarse.
Frank no podía dejar de ver a Carolina, algo en ella se le hacía vagamente familiar, demasiado familiar pero no podía encajar bien las piezas y ver el resultado.
No estaba tan acostumbrado a esa estatura de mujer, porque en verdad Carolina podría hacerse pasar por una niña de unos doce años por su tamaño, era muy pero muy pequeña para tener esa edad y más junto a él, que él tenía la virtud de ser alto, no tan alto como Colton o como Daniel, pero estaba perfectamente apropiado para su edad y no era por presumir pero también tenía buen cuerpo.
En el momento en el que Carolina tomaba el libro, se desconectaba de lo que la rodeaba, se concentraba específicamente en el, haciendo los rubios del exterior en estado mute.
La delicadeza de la diminuta en tomar el libro, la postura de su cuello y sus lentes posicionados en el puente de su nariz. Claro, nerds. Frank había visto muchas y sí que bastantes, casi todas las nerds tenían cierto enamoramiento por los cinco y los jugadores de la escuela, algo muy cliché y sueños de alcanzar lo inalcanzable, pero bueno, debía de admitir que Carolina, para estar dentro de la lista de las más inteligentes hasta hora en clase y por su vestimenta y aspecto que indicaba que era toda una freak de los libros y al parecer también de las asignaturas, pero si le mirabas bien el rostro no era fea, tenía una cierta belleza natural, y se trataba de que no era como las que se acostumbrada: con gran cantidad de capaz de maquillaje y ciertas partes del cuerpo expuestas, ella era natural, vestía normal, con su rostro sin necesidad de ser maquillado y su cabello lacio en una trenza –en veces en dos o simplemente suelto-.
La morena diminuta levanto su rostro, estaba cansada de ser observada por esos ojos azul verdosos, Frank le sostuvo la mirada unos momentos, no iba a ser como los tipos que cuando los descubren actúan como si nada. Carolina lo miro unos segundos, apretó las orillas de sus labios, cerro sus ojos y luego los volvió a abrir ya con las letras de vuelta en ellos.
ESTÁS LEYENDO
Mirada Perdida
Fiksi RemajaElla le enseñara a amar con los ojos cerrado y él a disfrutar cada segundo de la vida.