Capitulo 8: "Aquí comenzó todo"

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Miró al dueño del empujón, era Alexander, un tipo más molesto que un grano en el trasero. 

Le tiró una mirada de enfado con un toque de desprecio, al girarse la prisionera de su agarre escapo y ahora estaba sentada junto a su molesta rubia amiga, tornó los ojos y se fue al fondo del aula.

La clase ló tenía enfadado, no era ninguna novedad. El pequeño y redondo cuerpo de su profesora Leticia daba vueltas por toda la clase, ella sabía perfectamente que su mente no estaba en la clase y tantos intentos por hacerle poner los pies en la tierra la enfadaron, así que se rindió.

Sus ojos no se quitaban de la cabellera castaña de la morena, su cabello estaba en ondas desparramadas por toda la circunferencia de su cráneo, de tanto mirarle se preguntaba qué era lo que pasaba por esa loca cabecita.

Preguntas más preguntas se le acumularon en la cabeza, sin darse cuenta que el aula estaba quedándose vacía poco a poco, sus compañeros ya no estaban en la clase, todos habían salido de ella para el inicio del primer receso y como siempre ellas dos eran las ultimas, tomo su mochila y la colgó en su hombro, no era nada pesada, solo traía un juego de lápices, unos bolígrafos y unos dos cuadernos con tres libros de literatura.

Los ojos azulados de la rubia lo miraban, subió sus ojos para mirarla fijo, al momento en que estos tuvieron contacto ella se movió rápido y tomo a su amiga del brazo para jalarla fuera del lugar.

Una sonrisa maliciosa se formó en sus labios, le encantaba causar la incomodidad en las personas, todas corrían lejos de él y las que eran valientes se quedaban para enfrentarlo.
Venia tras de ella a paso lento, a una distancia larga, entraron a la cafetería y él fue tras de ellas. Se pusieron a hacer fila, espero a que unos dos estudiantes se pusieran tras de ellas para luego ponerse el.

Micaela le hablo al oído a Emily y salió de la fila, “Al fin sola” dijo para sí mismo. Toco el hombro de una que estaba enfrente de él, la castaña bajita lo miro para arriba, ella iba hablar pero al ver el rostro de Haynes se quedó en trance, le hizo un movimiento con la mano para que le diera el pase y ella solo asintió con su boca abierta en O.

Realizo la misma acción con el tipo Friki de enfrente, este con miedo le dio el pase, ahora estaba detrás de la morena.
Ya estaba donde quería estar, ¿Ahora qué haría? ¿Hablar con la loca?. No sabía que haría pero tenía que hacer algo antes que llegara la otra. Se inclinó llegando a la altura de su oreja, con su mano derecha quito el cabello que le impedía la visibilidad de su oreja, dejo que sus dedos se resbalaran en su cabello, lo puso detrás de su oreja y hablo lento.

-Hola loca suicida- El cuerpo de la morena se puso firme, y lo noto en su altura, inhalo el rico aroma del perfume que traía puesto, era fuerte pero suave, un aroma exquisito, que nunca había olfateado.

El cuerpo de esta giro un poco y lo miro, ahí comenzaba todo.
Los ojos pardos miraban cualquier cosa menos a él y eso lo cabreaba mas, ella no se atrevía a mirarlo no ha hablarle.

La tomo de la mano y la jalo fuera de la fila, el cuerpo de la muchacha se movía a regañadientes, pero no decía nada, no se defendía, no se lo impedía, sentía que ella no quería pero no protestaba. 

Su actitud violenta acaparó la atención de todos los entrometidos, pero no le importo y al parecer a ella tampoco.
Al llegar al pasillo vacío la recargo de un empujón a la pared y posiciono su cuerpo contra el de ella, no iba a escapar.

-Mírame-le grito en bajo, pero esta no obedeció-por la mierda, te estoy pidiendo que me mires.

Los labios de esta se abrieron para tomar aire, sus pequeños labios temblaron y una oleada de deseo lo apodero-No, no puedo-tartamudeo.

¿Cómo que no podía mirar? ¿Qué carajos significaba eso?

-¿Qué has dicho?-su aliento golpeo la mejilla colorada de Emily, el calor de su cuerpo era muy notorio, estaba nerviosa y asustada, él era el causante de tantas sensaciones.

-No puedo mirarte-dijo en un hilo de voz.

-Sí que puedes-le tomo la barbilla y en un movimiento brusco le subió el rostro, de nuevo los ojos pardos miraban todos menos a él.-Mírame-le ordeno.

-No puedo mirarte-Le dio un empujón de un solo golpe, la morena era fuerte, muy fuerte como para quitárselo de encima-No te puedo mirar a ti ni a nadie-Le grito, haciendo que el eco de su voz chocara contra las ventanas y casilleros que los rodeaban. Cerro sus ojos con impotencia y una lagrima vagabunda se resbalo por su colorada mejilla.

¿Qué había dicho ella? ¿No podía mirarlo a él ni a nadie? Acaso era lesbiana y quería seguir su margen pero al fondo seguía teniendo una atracción por los hombres, porque esa era una de las únicas causas por las cuales no lo quiera ver o Le tenía miedo (la cual era la más probable).

Los dos seguían en la misma posición, ella con sus ojos cerrados con la cabeza baja ocultando su rostro con su cabello, y Colton mirándola con el ceño fruncido, sin comprender una mierda.

-Contéstame algo-le pidió confundido.-¿Por qué querías atentar con tu vida?.

Ella negó con la cabeza-No planeaba matarme, no veo, ¿qué parte de “No te puedo mirar a ti ni a nadie” no captaste?- 

-¿Cómo?.

-No veo, no veo nada, soy ciega.

Sin nada más que decir él se dio la media vuelta y siguió caminando.

Ella era ciega, ella era ciega……

N/A: Chacachachan!!!!! Espero que les haya gustado.

Mirada PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora