El viernes llego lento como todos, el dia que comenzaban los dos días y medio para descansar y dormir hasta tarde.
Esa mañana Colton no tenía ganas de levantarse, los dos días anteriores se la había pasado en la biblioteca junto con Emily y su mejor amiga, que esta última venía con su compañero de trabajo. El chico era tan raro que los momentos en los que Micaela lo mandaba por algún libro, sentía como su alrededor se tranquilizaba. Más cómodo sin el vago sádico alrededor.
El compañero de Micaela, llego a ser más raro que la rubia, nunca hablaba pero cuando abría la boca decía cosas que hacían que se voltearan a ver entra ellos.
Por otro lado con Emily, no volvieron a salir, ni hablar de lo que había sucedido aquel dia que termino en el parque, la morena se negaba a abrir la boca y contarle quien había sido.
Colton seguía sintiendo la rabia, una extraña sensación de enojo por aquellas personas que le habían hecho algo así a Emily y compasión. Sentía compasión y tristeza al verla.
En esa semana el castaño había leído más libros que alguna vez hizo en su vida y nunca le había tocado hacer casi todo el trabajo, su cabeza le dolía por tanta información que guardaba que no era de su interés. Para ese momento sabia más de Bélgica que de su propio país.
Colton hizo la rutina diaria de cada mañana, se dio un baño, escogió con cuidado lo que vestiría ese dia, tardo alrededor de quince minutos arreglando su cabello.
Al bajar las escaleras su pequeña hermana ya estaba desayunando su tazón de frutas y al lado le esperaba una buena ración de Nuggets y puré de patatas.
Los señores Haynes acompañaban a la pequeña en el desayuno, todos sentados en una parte de la gran mesa que se encontraba en el comedor.
La madre de Colton levanto la mirada al escuchar a su hijo bajar las escaleras. Le sonrió.
-Bueno días hijo-hablo él señor Haynes sosteniendo una taza de café en sus manos.
-Buenos días a todos-contestó con voz cansada.
La nana llego y le puso un platón de frutas y un zumo de naranja (como todas las mañanas).
-Me lo puede cambiar por café ¿por favor?-la señora de avanzada edad asintió y retiro el vaso de cristal con zumo de naranja.
-¿Café?-pregunto la madre de Colton mientras cambiaba su platón de frutas por uno que tenía panques y huevo.
-Estoy cansado.
-Estoy orgulloso de ti Colton-lo apunto su padre con el tenedor.
Los grandes ojos azules de la hermana menor de Colton se despegaron de su tazón de frutas a corazón y miro al padre de la misma manera que lo hizo la madre de Colton.
-Últimamente te he visto esforzándote más en tus trabajos escolares, no se cuál sea la razón pero me siento orgulloso, ya estas tomando responsabilidad.
-Papi, yo también hago muy bien mis trabajos, soy la única que no se sale de la raya al pintar y ya se me el abecedario y también puedo contar hasta el cien.
-Si mi amor, tú también eres muy responsable-la señora Haynes le sonrió a su pequeña y esta orgullosa siguió comiendo su desayuno.
Colton se tomó su café en un solo trago y no quiso comer su fruta, prefirió pasar al plato fuerte.
Él señor Haynes se despidió y se llevó junto consigo a la pequeña, esta corrió a lavarse los dientes y luego se despidió de todos, incluyendo a los trabajadores.
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Mirada Perdida
Ficção AdolescenteElla le enseñara a amar con los ojos cerrado y él a disfrutar cada segundo de la vida.