Cap °3°

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-¿Qué?, perdona pero déjame decirte que estás mal, yo no me quedaré en tu casa, estás loco

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-¿Qué?, perdona pero déjame decirte que estás mal, yo no me quedaré en tu casa, estás loco. 

-¿Qué quieres que diga?  mi esposa vive en otra casa.

-Y  tú quieres que me quede en una casa sin siquiera conocerla, o conocerte a tí, voy a parecer una perdida. 

-No es tan grande, y solo es esta noche -en parte tiene razón, qué dirán sus padres. 

(Muy bien deja tu dignidad, que después vuelves por ella )

-Solo si  hay comida, buena comida.- es lo mejor que se me ocurre.

-Le podrás decir a las empleadas que hagan lo que quieras  -dice seco. Y por poco se me olvidaba que aquí el señor puede comprar Europa.

-De acuerdo vamos a mi casa. 

-Sabes no haría esto si no fuera necesario pero por.....-lo interrumpo.

-Necesito ropa  -le digo y él asiente. Tras llegar, Ean me acompaña hasta mi apartamento, donde me recibe una eufórica Chloe.

-Chloe no podré dormir aquí - le digo mientras alisto rápidamente la ropa.

-¿Por qué? -pregunta llegando a mi cuarto. 

-Sus padres se quedarán en casa, y no hay opción -le digo ya cerrando la maleta.

-De acuerdo, ten cuidado, y  si te toca le metes una patada en los huevos.

-Sí señora-le digo y salgo apresuradamente dónde Ean.

-Déjeme ayudarle con eso señora. 

-No es necesario decirme señora, ya te dije - le entrego mi bolso. 

-Perdón  Leah.

-No tienes porqué disculparte.

*

-  Mis padres llegarán unos minutos más tarde, así que  te presentaré al personal - dice Andrey apenas arranca el carro.

No sé cómo dormiré con un hombre y menos con este hombre, si solo tenerlo a mi lado por unos cuantos minutos me pone los pelos de punta. Me sentiría más segura estando con él, si tan solo estuviera en una jaula atado a una silla y le pusieran esposas, o si tan solo fuese un poco más simpático. 

-Llegamos señora -dice Ean, inmediatamente le iba a reclamar por decirme así pero cerré mi boca de golpe, pues ví  a Andrey de pie mirándonos. 

-Gracias Ean.

-No, no es tan grande, imbécil- susurré para mí misma, al ver la inmensa mansión que se alzaba ante mis ojos. Es súper hermosa y elegante, pero me limitaré a solo pensarlo, no quiero subirle más el ego. 

 

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¡¡Simplemente un contrato!! [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora