¿Quién diría?

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La noche había caído oscureciendo todo a su paso, tanto las luces de las casas, como las farolas de los coches comenzaban a hacer su aparición. Al igual que casi todos los días Jade West se encontraba en el balcón de su habitación, observando una vez más como el atardecer iba cediendo su lugar a la noche, desde pequeña había sido como un ritual para ella, siempre que tuviese oportunidad asistía a su cita con tan maravilloso espectáculo que la naturaleza ofrecía.

Luego de unos minutos pensó que era hora de entrar, aunque realmente no tenía mejores planes que quedarse a observar el paisaje nocturno, en un principio había quedado con Beck, sin embargo decidió que su ahora mejor amigo podría arreglárselas solo. No estaba de humor para salir, aunque eso la hubiese ayudado a despejarse, estaba cansada de pensar, desde aquel pequeño "incidente" con Tori no podía dejar de pensar en ello, y esos pensamientos no hacían más que ponerla de un humor irritable y por supuesto excitada, muy excitada, su libido salía disparado por los cielos.

—Maldita Vega —susurró por lo bajo.

En realidad incidente era una forma de decirlo, Tori ni siquiera sabía acerca de ello. Pero Jade sabía lo que había pasado, sabía lo que había visto y sabía lo que aquello la había hecho sentir, sí que lo sabía, y no hacía otra cosa que rememorar aquella escena una y otra vez, las imágenes aparecían en su mente en los momentos menos oportunos, si es posible llamar momentos menos oportunos a las 24hs. del día, porque no bastaba con que aquello la torturase de forma consciente, sino que también jugaba con su subconsciente, ya iban dos noches que soñaba con ello.

—Vamos Jade supéralo —se decía con la respiración entrecortada mientras se limpiaba las manos luego de haberse auto regalado su quinto orgasmo del día.

Pero no, estaba claro que no iba a superarlo pronto, intento echarse a dormir pero luego de dar varias vueltas en la cama se encontró de nuevo recordando lo sucedido.

Era viernes y las clases habían terminado, Jade se decidió a ir directo a casa, sin embargo una vez allí cayó en la cuenta de que quedarse en casa un viernes por la noche no era tan buen plan como pensaba, más aun considerando el hecho de que su padre había invitado a cenar a uno de sus clientes para cerrar algún trato de negocios, pero ya había rechazado las invitaciones de sus amigos, realmente no le apetecía ninguna de las actividades que le habían propuesto, así que de todas formas pasar la noche con ellos estaba descartado, la única que había dicho no tener planes era Tori, sus padres estarían fuera toda semana y Trina volvería recién el domingo, así que tendría que quedarse en casa, y con lo insoportable que era de seguro ninguno de los chicos quiso hacerle compañía, como sea, ni loca quedaría con ella.

Aunque podría ser divertido molestarla soltó de repente en voz alta sus pensamientos.

Luego de unos de minutos de meditarlo se decidió, iría a molestar a Tori, después de todo era uno de sus pasatiempos favoritos desde que la medio latina había ingresado a Hollywood Arts, por lo tanto era mejor que quedarse en casa.

Una vez que terminó de cambiarse de ropa se dirigió entonces a su destino. Al llegar allí lo primero que le paso por la mente fue que empezaría por darle a la castaña el susto de su vida, se metería a la casa sin que ella lo notase, y el lugar ideal para meterse a escondidas era la ventana de su habitación ya que había un árbol pegado a ella por el cual podría treparse, solo esperaba que Tori no se encontrase ahí, eso arruinaría un poco sus planes.«Tal vez tenga suerte y está viendo alguna película abajo» pensó. Logró subir al árbol sin problemas, sin embargo una vez arriba, en el momento que estuvo a punto de abrir la ventana para colarse dentro le pareció oír unos sonidos provenientes de la habitación.

Jori one-shot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora