Jori one-shot

Driving Lessons

–Gracias por aceptar –dijo felizmente una mitad latina dentro de un carro en el asiento del piloto, a su amigo el músico. –No es nada, chica –respondió él, algo intranquilo.

–No puedo creer que vayas a enseñarme a manejar –seguía hablando igual de feliz.

No paso ni una hora cuando André se rindió en tratar de enseñarle, eso era casi suicidio.

–Mejor dile a otro Tori –menciono algo agitado y temeroso su mejor amigo –Que yo aprecio mi vida –y fue lo último para dejar a su amiga en su casa y el retirarse a descansar y pasar el susto.

La morena entro resignada a su casa, ya que le daba pena pedirles ayuda a otros amigos, Trina había tratado de enseñarle pero su caso fue muy similar al que acababa de ocurrir, claro sin contar la exageración de su hermana de "casi matarla a propósito". Luego estuvo con el instructor el día que trato de sacar su licencia y al parecer ese sujeto renunció después de su examen murmurando algo así de que no le pagaban lo suficiente por arriesgar su vida así.

Ella en verdad quería aprender a manejar porque ya mero cumpliría con Jade seis meses de relación y deseaba llevarla a un lugar especial, además de darle la sorpresa de que ya manejaba. Ya que su novia, aun sentía sus mejillas arder al pensar en ella, siempre era la que la llevaba a todas partes. Desde que empezaron a ser amigas y luego algo más que amigas, Trina ya no la esperaba para irse a casa, incluso algunas veces no la llevaba a la escuela. Así que Jade era la que todas las mañanas pasaba por ella, la dejaba en su casa después de clases, iba por ella para las citas o cualquier otra cosa que ella necesitara. Y en verdad a Tori eso le estaba molestando ya que sentía que abusaba mucho sobre ese hecho además de que sabía que a su gótica novia no le gustaba manejar de día.

Pensó en pedirle ayuda a Robbie pero eso sería soportar los insultos y cometarios fuera de lugar de Rex y sobre todo las burlas de este al no saber manejar. Su otra opción era Cat, increíble pero cierto la pequeña pelirroja había conseguido su licencia antes que ella. Así que decidió llamarla. Un tono, dos tonos y en el tercer tono contesto.

–Holis –saludo alegremente.

– ¿Qué hay Cat? –dijo la castaña. –Tori, Tori, ¿Cómo estás? Hace mucho que no hablamos –hablaba rápidamente.

–Bien, Cat estoy bien gracias –hubo un poco de silencio –Oye Cat, ¿podrías hacerme un favor? –pregunto la morena. –Claro, ¿Qué se te ofrece? –respondía muy entusiasmada.

– ¿Crees que podrías enseñarme a manejar? –le pregunto algo tímida. –Oh Tori, ahorita no puedo tengo que llevar a mi hermano a una de sus sesiones especiales –le contesto la pelirroja.

–Está bien Cat no te preocupes ya encontrare a alguien más –suspiro resignada. – ¿Y por qué no le dices a Jade? Ella me enseño a manejar a mí –le sugirió feliz.

–Bueno lo tendré en cuenta, como quiera gracias Cat –y termino la llamada.

La mitad latina estaba recostada en el sillón, ¿a quién más podría pedirle ayuda? Beck pensó pero luego recordó que aunque todos terminaran siendo buenos amigos entre los tres, a Jade le molestaba un "poco" que pasara tiempo a solas con él, ya que ella creía que Beck siempre quiso algo con la morena. Jade nunca cambiaría y sería la misma chica celosa que tanto adoraba y amaba. Al final decidió llamarlo y el acepto gustosamente, después de unos minutos el timbre de su casa sonó señalando que su "instructor" había llegado. Tenía poco tiempo ya que su novia llegaría de visitar a su madre en Nueva York en unas dos horas y había quedado de llegar a la casa de la castaña.