Trilogía Prohibido #2
Promesas son promesas, juramentos los cuales a pesar de no ser escritos en un solido papel, quedan en la mente de las personas como pequeñas espinas las cuales anhelan quedarse en lo muy dentro de ti, convirtiéndose en lo mejor...
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KHALESSI
—¡Amor, es hora de irnos!
Suelto una carcajada cuando aprecio a mi pequeña mariposa correr como loca hacia donde me encuentro, su bello rostro encontrándose con una mueca llena de disgusto. Su ondulado cabello rubio se encuentra suelto tocando sus hombros; su delicado cuerpo cubierto por el lindo vestido rojo formal de mangas cortas que le compré ayer en la tienda comercial. Lleva unos zapatos negros de charol y me percato del pequeño lazo rojo que tiene a un lado de su melena.
Frunce la nariz en una sonrisa cuando le hago una mueca divertida, ocasionando sus pequeñas carcajadas mientras se cubre su rostro con ambas manos. Ladeo la cabeza pensando en lo hermosa que es cuando es demasiado tímida. De lo mucho que aquel gesto de fruncir la nariz me recuerda a alguien demasiado especial para mí.
—No quiero ir a la escuela —susurra, algo tímida.
—¿Por qué no, mi mariposa? —pregunto, agachándome delante de ella. Junto mis manos con las suyas y le ofrezco una sonrisa —. Sé que es difícil asistir a una escuela cuando has sido educada en casa toda tu vida, pero verás que estarás muy bien y harás muchos amigos. Gino te ayudará en muchas cosas.
—Gino tiene seis —replica, frunciendo la nariz —, no estará conmigo para ayudarme.
—Pero estarán juntos en el recreo —comento emocionada, tratando de transmitirle algo de mi sentimiento. Baja la mirada —. Mi mariposa, todo saldrá bien, te lo prometo.
Mi pequeña mariposa siempre ha sido la niña más tímida de todas cuando se trata de socializar con las personas. Aquello es algo en lo que yo he jugado una parte demasiado importante, ya que al tener que trabajar de lado a lado gracias a mi carrera de modelo, nunca tenía la oportunidad de poder dejarla en una escuela segura, por lo que decidí educarla en casa.
Pero ahora las cosas son diferentes, ya que mi jefe me ha dado las vacaciones más largas de toda mi vida ya que me lo merezco después de haber estado trabajando duro todos estos años, todo para darle a mi pequeña mariposa todo lo mejor. Por primera vez en toda su vida irá a una escuela en donde podrá experimentar lo que es socializar en una clase y jugar con niños de su edad. Ella es especial, y quiero que todos a su alrededor lo sepan.
—¿Se van sin darme mi beso de despedida? —Río encantada cuando le veo entrar a la cocina, ya vestido con su ropa del trabajo.
—¡Adiós, papá! —Ella corre lo más rápido posible hacia donde él se encuentra, rodeándolo con sus brazos. La eleva en los aires, provocando las carcajadas de ambos, a lo que yo me limito a admirar la escena con ojos soñadores —. Deséame suerte en mi primer día.
—Pero si mi pequeña caracola deslumbrará a todos —le informa él seguro, llenando su rostro de pequeños besos. Se acerca a mí y deposita un casto beso en mis labios —. Espero que tú y Claudia se diviertan hoy. Dile a Derek que iré a visitarlo en la tarde.
