Capítulo Once: Adrenalina

3.5K 215 43
                                    

JUDAH

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JUDAH

Suelto una pequeña carcajada al ver a Roxanne palidecer ante el final de la película, mirándome sorprendida. Le advertí sobre el final, diciéndole que era el más dramático que alguna vez podría ver y algo que no se lo esperaría, pero de todas maneras insistió en ver el filme. 

Abro la boca para decirle que tenía la razón todo este tiempo cuando mis labios son interrumpidos por los suyos, sus manos acariciando mi cabello. Sonrío en medio del beso, pensando en que estos dos meses han sido más que increíbles a su lado. Mi lengua encuentra la suya, un pequeño jadeo colándose en su boca cuando alzo mis caderas hacia arriba para ayudarle a sentarse completamente en mi regazo.

Lo único que nos separa es el sonido de mi móvil, la pantalla iluminándose cuando veo el nombre de la madre de mi bebé. Frunzo el ceño y estiro mi mano para responder, pero Roxanne es más rápida y lo pone en vibrador. Giro el rostro para mirarle a los ojos y sus labios besan los míos con fiereza, robándome un gruñido.

—Dame dos segundos —le digo, queriendo volver a contestar la nueva llamada entrante.

—No debe de ser nada importante —susurra, dejando varios besos por todo mi cuello —. A veces pienso que solo quiere llamar la atención para que tú me dejes. 

—Roxanne, ella solo me llama cuando se trata de mi hija —replico.

—A la cual acabas de dejar hace una media hora.

La llamada deja de sonar y frunzo el ceño, esperando a que otra vuelva a entrar en el móvil, pero no lo hace. Roxanne me mira con ambas cejas ligeramente arqueadas, en otras palabras, diciéndome que tenía razón, haciendo que me moleste con la madre de mi bebé. ¿Por qué llamaría solo para estropear mi relación? 

Acaricio sus brazos con las yemas de mis dedos, apreciando como duerme plácidamente como duerme, su espalda pegada a mi pecho. Todavía no se me sale de la cabeza el hecho de que algo está mal, el sentimiento amargo en mi pecho me lo dice. Desde que dejé a Gia en casa de su madre hace una hora, ella estaba algo rara, por lo que no puedo dejar de preocuparme. 

Me digo a mí mismo que no debe de ser nada malo, debido a que cuando la recogí después de haberle dejado sola con Roxanne un par de horas para ir al Domo, ella se encontraba perfectamente bien. La pelinegra me había dicho que estuvieron horneando galletas durante las dos horas 

Aprovecho que ella se ha quedado dormida después de estar juntos y estiro el brazo para tomar mi móvil. Mis ojos se abren cuando me encuentro con demasiadas llamadas perdidas por parte de Derek, Hache e incluso Seth y Mike. Mi corazón late con fuerza en mi pecho.

—¿Derek? —pregunto cuando me contesta la llamada. 

—¿Qué carajos le has dado a mi sobrina en tu casa? —espeta, sorprendiéndome —. ¡Responde que no tengo todo tu tiempo!

Estando a tu lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora