Capítulo Cuatro: Mía

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KHALESSI

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KHALESSI

Mi corazón comienza a latir con fuerza ante la bella escena que tengo delante de mis ojos. Mis ojos se empañan de lágrimas al ver la forma en que ambos se miran, como si fuesen las personas más valiosas en este mundo para ellos. Ladeo la cabeza al pensar en lo sociable que ella está siendo con alguien que no conoce, por lo que no puedo evitar emocionarme desde los pies hasta las puntas de los dedos.

Rodeo a mi sobrino con mis brazos, él admirando la escena en silencio ya que sabe quién es el hombre al que tenemos delante de nosotros. Río por lo bajo cuando él le pide por un abrazo, mi pequeña mariposa no dudando en acercarse más a él. Suspiro de emoción al ver aquel cuadro padre e hija, apreciando como sus ojos azules se llenan de lágrimas ante la sensación que le provoca el tenerla de nuevo entre sus brazos. Hace contacto visual conmigo, ofreciéndome una de las sonrisas más grandes que alguna vez le he apreciado en toda mi vida.

—Hola papi.

Mi sonrisa decae ante el susurro que sale de sus labios, todo mi cuerpo batallando contra colapsar sobre el suelo. Puedo apreciar cómo todo en Judah se paraliza, sus manos no han dejado de temblar desde que le pidió que lo abrazase. Mi corazón comienza a later con fuerza, acelerándose a mil por cada segundo que pasa, sintiendo mi pecho empezar a encogerse de la misma manera. Me aferro al pequeño cuerpo de mi sobrino, tratando de no desplomarme en este instante.

¿Cómo ella sabe sobre la verdad? Mis ojos se llenan de lágrimas cuando la idea de que ha sabido la verdad sobre la mentira que le hemos estado haciendo vivir dura toda su vida cruza mi mente, haciéndome protagonizar el papel de la peor madre del mundo. No soportaría que ella tuviese alguna especie de resentimiento hacia mí por haberle ocultado algo que merece saber por derecho. 

—¡Es papá! —exclama, mirando por encima del hombro de Judah.

Giro el rostro hacia donde ella observa y no puedo evitar soltar un suspiro, el aire acumulado en mis pulmones saliendo de ellos con prisa al ver a quien se refiere. Matthew se acerca hacia mí con una gran sonrisa en sus bellos labios, sus ojos mieles destellando felicidad por vernos a ambas. Traga saliva notoriamente cuando se percata de la persona que tenemos a nuestro lado, pero no se detiene, continúa su camino hacia nosotros.

—¿Papá? —Judah baja a mi pequeña mariposa con delicadeza, ella yendo directo a los brazos de quien cree su progenitor. Me mira con su rostro hecho miles de emociones —. ¿Quién es él?

—Hola, encantado de conocerte en persona —me interrumpe Matthew antes de que pueda contestar —. Soy Matt, padre de Gia y novio de Kai —agrega, ofreciéndole una gran sonrisa a Judah.

Muerdo mi labio inferior, pensando en que su última oración no era necesaria en lo absoluto, pero sé el por qué lo ha hecho: quiere marcar su territorio. El rostro del verdadero padre de mi bebé se ha vuelto un poema en los últimos segundos, mirándome solamente a mí. Sus bellos ojos azules me reprochan mil y un cosas las cuales quisiera poder responder sin ponerme a llorar de la culpa. Hay muchas cosas las cuales desearía haber hecho diferente, pero no puedo volver al pasado para cambiarlas por nuevas soluciones.

Estando a tu lado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora