Escena 5: No Puedes Olvidar la Realidad

31 4 0
                                    



Después de los eventos vistos, las historias escuchadas, y un tiempo de calma, los chicos deciden ir a la 1:00 P.M a la casa de Judy y Alvar.

—¿Cuánto tiempo?

—Debería ser mañana en la mañana.

—Gracias. —responde Lera, ya que esta todavía sigue en el hospital. Despidiéndose, la enfermera se retira, y una vez lejos, suspira en alivio, al volver a imaginar a David caminando saludable nuevamente. ¿Por qué no lo detuvo? Claro, ella no esperaba que él aceptara. Pero, es infantil.

David está descansando en una cámara de regeneración, la cuál posee un líquido con células madre. Estas ayudan al cuerpo a reparar sus daños de manera exponencial, a la vez que reducen los efectos de la vejez en las personas. Mientras descansa, este recuerda su pelea, y cuando Shin le dijo que esperaba más. Lo sabía, era débil.

____________________________________________________________________________

—¡DIOS! ¡QUE GRANDE!!!! — Todos exclaman al entrar a la casa de Judy y Alvar. La "sala", no es más que un enorme salón, con cuadrados de color blanco recubriendo el suelo. Esta tan solo posee dos enormes sillones en el centro de color chocolate.

Además de poseer una forma cuadrada, en uno de los lados está una salida hacía lo que parece ser un bar y un restaurante, cuyas mesas están hechas de madera fina. La entrada posee un marco de metal, que protege los bordes.

Si miramos a la izquierda y derecha una vez que entramos, podemos ver pasillos que llevan otros lugares de la "casa". Al pasar al bar, este está cercado, con alambres plateados, sostenidos a los lados por tubos de metal de color verde.

El bar posee un techo, y este se extiende durante unos cuantos metros. A lo lejos, se pueden ver más mesas, con sillas de color blanco, hechas con un acabado de flores en sus patas.

El piso estaba revestido por capas de azulejos color gris, y la mesa del bar poseía una vitrina con varias bebidas, vinos, y era de un color gris.

—Esto.... Es demasiado...— Lera exclama, llevándose sus manos a la cabeza, imaginándose si sería capaz de llevar una vida tan... lujosa.

—¡Bienvenidos a nuestra casa! ¡Nuestros padres no vienen sino hasta las once de la noche! — Alvar grita, mientras piensa sobre las cosas que hará con sus compañeros. No puede evitar reírse.

—Yo me llevare a las chicas para disfrutar un rato con ellas. — Judy rápidamente toma a su clan y se lo lleva por el pasillo derecho, hacia su habitación. Alvar se decepciona.

—¡Muy bien! ¡Vayamos al patio!

Alvar se lleva a los chicos a una de las muchas canchas que hay en el "patio de su casa".

Una vez llegan, estas canchas se extienden por varios metros cuadrados, y están recubiertas por unas cercas de hierro, dando vista al océano, el cuál está unos minutos a pie.

—¡Dios! ¡¿Que tan grande es esta cancha?! —pregunta Vicente; solamente recuerda una cancha así de grande como una que vio en Mexico.

—Son usadas por el ejército para entrenar a sus soldados de día. ¿Quieren jugar una partida?— Alvar saca unas raquetas al pisar un botón del suelo, el cuál las hace levitar hasta cierto nivel, donde Alvar las toma.

—¿Cómo se juega? —Mark señala a las raquetas de Alvar.

—¿Ven el piso? Se divide en tres —dice esto, mientras los chicos ven un círculo grande en el piso, el cuál está dividido en tres secciones iguales —Es cómo el tenis. El objetivo es golpear el balón y que toque el suelo del rival. Máximo el balón puede tocar el piso diez veces. ¡Bien! ¡Aquí vamos!—dice esto, mientras golpea la pelota, lanzada hacia donde está Mark, mientras que Shin se sienta en el suelo a verlos, esperando su turno.

Interstellar Jump (#BESTGOLDENAWARDS2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora