Escena 17: El Dios de Todos Nosotros

51 0 7
                                    




— Intenta cerrarlos. —Judy no puede mover sus dedos. Comienza a hiperventilarse. Histérica, voltea hacia el rostro de la enfermera.

— No... Yo sí puedo... Sí, sí puedo... —Judy, desesperada, repliega los dedos de sus manos, sin éxito. Esta comienza a llorar.

Mientras Judy está dentro, todos los chicos la esperan afuera.

Osoa llega junto con Afta, y todos los pilotos, afuera, apuntan sus miradas hacia sus rostros.

— ¿Cómo está eso de que matamos Bneedes? —Lera, molesta, le reclama a Osoa.

Mark también comienza a preguntar— ¿Hay Bneedes dentro de todos los Vanagards que matamos? 

Afta, indiferente, frunce su ceja derecha, y voltea a mirar a Osoa— Creo que no debería importarles. —

Osoa se fija en sus caras: debe calmarlos— Por ahora, eso no importa. Aunque tengamos que asesinarlos, si no lo hacemos, ellos lo harán primero. 

Alfa se coloca una mano en su cintura—A ver, ¿No les importa? Pues claro, ustedes no tienen que asesinarlos ustedes mismos. 

— Cállate. No te creas más que nosotros por tus truquitos e ideas.

—Solo digo. —Alfa se va, caminando— Estamos perdiendo el tiempo. Vengan. No terminamos aún. —

Los chicos se van, y Afta retiene el brazo de Vicente, con una mirada encolerizada— Si ellos dejan de luchar... 

— Será TÚ culpa por no habernos dicho. —Vicente se safa, y sigue a sus compañeros. 

Osoa decide entrar a la enfermería junto a Afta— ¿Mejorará?

— Tranquila. —la enfermera los contempla —Tal vez no sea permanente. Dele un tiempo de descanso. —

Ambos salen de la enfermería, y notan a Alvar esperándolos afuera.

— ¿Qué dijo?

— Parece que sus brazos están dormidos. No sé si tenga que ver con su sistema nervioso, pero debemos esperar.

— Oiga... —Alvar ve sus manos, evadiendo la vista de sus comandantes —¿Me creerá si le digo que yo tampoco siento mis brazos? —

_______________________________________________________________________


Después de todo el revuelo por asesinar a seres vivos conscientes extraterrenos, los chicos van a parar hasta la cafetería de la nave.

Tasha, angustiada, no deja de rascarse la cabeza. En cualquier momento, se arrancaría su pelo.

—¿Creen que estarán bien? 

— Se recuperarán. Pero creo que tiene algo que ver con el uso de los robots.

Tasha otea a Alfa. Después de examinar las miradas de sus compañeros, observa el espacio por la ventana. ¿Cuantos habrá asesinado? 

— Bueno, cuando Mark fue atrapado en la explosión... sentí algo de dolor.

Leona, quién estaba sentada junto a los demás pilotos, salta por un momento al recordar— Me pasó con Shin cuando... —

Interstellar Jump (#BESTGOLDENAWARDS2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora