Undertale: IN-determinados.

Vive con DETERMINACIÓN

N/a: Lo sé, han pasado meses, ¿casi un año? No estoy realmente segura. En fin, seré breve.

Esta historia está re-muerta.

Me tomó tiempo darme cuenta de lo mucho que la jodí con esta historia, y para cuando me di cuenta de lo muy incongruente e inconsistente que fui, debo admitir, la gran fascinación que me brindó Undertale desapareció.

Ahora no es más que un recuerdo de aquellos que me sacan una sonrisa ocasional.

No podría terminarla de ninguna manera, porque no hay cabida para arreglar lo que desde un principio cimenté mal, aunque pienso que si alguien todavía tenía la esperanza de un final para el relato, no tengo derecho a negarselo.

Lo que escribiré a continuación será un resumen de las ideas que tenía para los capítulos posteriores al 52, son libres de leerlo y hacerme preguntas con respecto a ellos, pero prometo que no serán la gran cosa, tal vez más de alguno ya tenía previsto el final.

Por último y probablemente lo más importante, MUCHAS GRACIAS a todos lo que siguieron la historia, a pesar de mis múltiples caídas en todo el relato. Y lamento mucho si esto ha sido decepcionante o vago de mi parte, pero que puedo decir, la vida es un camino tumultuoso y cada agitación te abre más los ojos. Mí yo de hace menos de un año jamás hubiese visto tanto como lo hago ahora, e incluso en este momento soy muy ciega, pero tras una (sinceramente) no muy larga reflexión he considerado esto lo correcto.

Muy buenos días para ustedes.

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Aclaración: para este punto JUSTICIA y AMABILIDAD ya aparecieron.

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PoV Amaranto

--Hubo ocasiones en que realmente me sentí como un extraño...

Bien. Junto a Penny fuimos unos rebeldes un par de veces, con Chara encontré una tortuosa fascinación por actuar desbocado, Ezequiel fue en más de una ocasión mi inesperado cómplice, Joseph fue un maldita piedra en mis zapatos y Berny e Ignacia no estaban mal, pero bien, realmente ninguno fue más que eso, no como ella.

Era extraño, saber que uno era capaz de sentir tanto con tan poco, que una mirada, una sonrisa, una palabra, una simple respiración podía cambiarte tan radicalmente el día, hacerte desear que este nunca acabase, que un segundo de entre todos los existidos en la historia se repitiese egoístamente hasta el hartazgo.

Claro, cómo si me pudiese hartar de Frisk. 

Ella me lo confesó, que le gustaba lo tonto que era, porque me hacía genuino. Me dijo lo satisfactorio de conocer a alguien capaz de tirarte comida encima, aun cuando por las noches en su cama se quedaba leyendo historias de amor o por otro lado escribiéndolas, siento tan inusualmente cursi para un chico de su edad.

Realmente me gustó mucho, y por lo tanto, casi muero aquel día.

El fin de semana pasado había sido una maravilla, un total éxito el cumpleaños de Asriel, un sueño bellísimo a comparación de lo que se aconteció ese día, en la fiesta entre la policía de la ciudad y los monstruos amigos de Frisk.

Las señales estuvieron ahí, los ojos alertas de Chara, las risas forzadas de Penny, la pasividad de Joseph y por sobre todo, la repentina ingenuidad de Frisk.

Todo se desmoronó cuando Chara y Asriel textearon a Frisk diciéndole que pasarían la noche en casa de Penny y Dante, respectivamente. Esa misma noche, Frisk dijo adiós a Asgore y Toriel. Abandonó la casa, renunciando a todo.