Invocando a Satanás. [kaisoo]

18: Parte uno.

"estar juntos"

Eran las cuatro de la mañana cuando KyungSoo se levantó, mirando por la ventana de la habitación del moreno con la vista hacia más allá del jardín trasero. Eso era algo inquietante para el moreno en la cama, quien solo veía la sombra bajo sus cortinas estar ahí, sin moverse como tal estatua, si estuviera en otra situación, quizá ya había gritado hasta desmallarse, justo como quizá tres meses atrás; pweo esta vez, solo observó en silencio.

Tenía muchas dudas en mente, sobre todo por aquellos sueños extraños que KyungSoo había tenido toda la semana. Sabía que había algo que no le había contado, sabía que planeaba algo y eso le ponía aun más inquieto.

¿Qué era lo ocultaba ese pequeño demonio?

JongIn solto un bostezo, levantándose de la cama mientras veía los miles mensajes de JooHyun en su móvil, en su mayoría eran emoticones de asombro y algunos otros decían cosas sobre conseguir otra gallina y una biblia satánica, algo que realmente no entendía. La joven para él era extraña, aunque era su amiga, no dejaba de ser extraña.

Ante toda esta situación creía que todos le estaban ocultando la parte más importante, como que sus amigos eran homosexuales y él ni siquiera lo sabía, como que su hermano de iba a casar, incluso sobre que JooHyun venía de una família altamente católica e incluso KyungSoo, quien ante cualquier recuerdo solo callaba.

Sus pies se movieron hasta estar a su costado, soltando un pequeño suspiro por el frío viento que chocaba contra su rostro y torso desnudo; el demonio a su lado solo sonrió.

— Cuando vuelva a ser humano... ¿aun vas a estar conmigo?— la pregunta salió entre el mayor silencio que había sentido. KyungSoo posó su mano sobre su hombro.— Yo quiero estar contigo, JongIn.

El mencionado solo sonrió, mirando hasta más allá del pequeño muro que cerraba su casa y la cerca de metal, sabía que mañana estarían ahí, haciendo sabe que cosa para tener a KyungSoo de vuelta.

— ¿Sabes? Nunca me separare de ti, de todas formas, tu fuiste quien vino a mi. Vamos a estar juntos.

Sintió los delgados brazos rodearle, así que solo le regreso el gesto, quedándose en la misma posición mientras sentía la diferencia de estatura notoriamente. KyungSoo era pequeño en todo aspecto a diferencia de él. No era que fuera grande y esbelto, solo JongIn tenía un cuerpo atlético y firme, tanto como el bailarín que era, mientras KyungSoo era pequeño y delgado, tenía una complexión simple para alguien que aparentaba diesisiete años. Sin duda el demonio estaba bien con ello, porque él tambien lo estaba.

Ahora, mientras ambos se abrazaban, muy por de lejos se escucho su alarma así que solo camino con aquel misterioso ser dentro a su habitación, cerrando la puerta del balcón para mirar que efectivamente habían estado ya una hora fuera.

— Debo ir a la escuela...

Susurró, soltando al contrario para empezar su rutina, con miradas vagas y platicas sin sentido. Era tierno después de todo, como si algo en el fondo le dijera que estaba bien. Que estando juntos, nada podía ir mal.