9: Parte uno.

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"invitado"

A la mañana siguiente, su cuerpo dolía más que aquél día en el que practicó algo de hit-hop por primera vez. Su espalda dolía como si una piedra gigante lo hubiera aplastado y con ello, sin contar el dolor insoportable de sus piernas, sus brazos se sentían tan débiles que no sabía siquiera que hacer con ellos. Eso era una mierda en simples palabras, pero así se sentía. Se sentía como basura aplastada y pisoteada.

JongIn solo giró entre su cama hasta sentarse y ponerse de pié en busqueda de sus pantuflas; era su día a día de un fin de semana, solo se levantaba cansado por toda la agobiante semana y con hambre de un gran bufet donde el platillo principal fueran grandes e inmensas cantidades de azúcar.

Parecía que, a pesar de todo lo que ocurrió la noche pasada, JongIn no recordaba nada, aun ahí, viendo ese pálido cuerpo blanco cubrirse con una de sus amplias camisetas para dormir, justo en la esquina de su cama, no sabía siquiera que era lo que había sucedido.

Aunque retrocedió dos pasos y miró, de mejor forma, a ese blanco ser, delgado y sucio.

— ¿Qué?

Su habitación empezó a parecer comité de bienvenida, pues su madre, medio hermano y la misma JooHyun, entraron como si bienvenidos sean a su confundida vida.

Ahí, justo viendo a esa rubia chica entrar, fue como si todos y cada uno de sus recuerdos pasaran como un ferrocarril en su mente. Desde la copa de plata, la daga y esa gallina, hasta el mismo individuo en su amplia cama. Todo sucedio tan rápido que ni siquiera vio con totalidad la cara de preocupación de su madre cuando esta ha había estrellado su amplía mano contra su mejilla. No sabía porque, así que no iba a discutir.

— Mamá estuvo muy preocupada, luego llegaste oliendo alcohol. ¿Que clase de modales son esos?— esa voz gruesa, tenía el toque mas molesto que JongIn había escuchado alguna vez en su vida, sabía bien de quien era y odiaba tanto saberlo.

Kim JunMyeon, su glorioso y buen hermano mayor, era hijo de su padre y una mujer que nadie mas conocía mas que él; tenía la ligera sospecha de que él solo era el fraude de esa señora, pues quien se llevo la mitad de la empresa de su padre fue él en vez del mismo JongIn, aunque igual este no exigía nada, más que querer a JunMyeon fuera de su vista.

Era su hermano, alguna vez se llevaron bien, pero después de robar toda la poca atención que el tenía, JongIn lo empezó a odiar tan solo un poco.

— ¿Tu amigo está bien? Tenía tanta fiebre que tuvimos que darle un baño... Dios mio, JongIn, me preocupas.

JooHyun, a espaldas de su madre y hermano, solo levantaba sus pulgares como si este hubiera sido el mejor plan que se le pudo lograr ingenear, aunque tendrían algunos problemas más tarde, ahora solo quedaba mas que esperar a que su madre revisará y saliera de su habitación dandole su espacio, no sin antes volverlo a regañar, abrazar y salir con algo de molestia. Ni ella se entendía.

Se sentó en la esquina de su cama, mirando a su invitado con algo de molestia, aunque muy dentro de él había algo que le decía que se llevaría muy bien con ese demonio.

—Tenemos que hacer muchas más cosas, JongIn.

Invocando a Satanás. [kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora