Invocando a Satanás. [kaisoo]

13: Parte uno.

"recuerdos"

JooHyun llegó a la mañana siguiente, justo cuando SeHun se había ido de su casa, lo cual había sido bueno para ese momento, pues JongIn había dejado de responder preguntas mientras su mente no dejaba estar nadando sobre dudas, esto sin duda era la parte más difícil de ser Kim JongIn.

Mientras esperaba sentando en su cama viendo como era que la rubia acomodaba todas las pistas que había encontrado, sus ojos no dejaban de vagar entre los papeles viejos y el sereno rostro de KyungSoo contra su almohada, pues sin duda alguna, JooHyun había plantado duda en su mente.

Do KyungSoo, ese era su nombre completo, medía una estatura promedio para alguien de su edad, sin embargo era pequeño en comparación a JongIn; éste había reencarnado con dos pulseras en su mano derecha, lo que le daba a entender a JongIn que no tenía mucho de haber muerto más alla de solo dos décadas pasadas con tan solo diecisiete años, lo cual era bastante triste.

Para el moreno, el pequeño demonio podía ser gruñon y bastante serio en ocasiones, tanto que podía incluso hasta hacerle sentir incomodo, pero después de eso, KyungSoo parecía convertirse en todo lo mejor del mundo, con un excelente sentido del humor y un cariño incondicional, lo cual de una u otra forma había atrapado a JongIn en tan solo dos semanas, esto era un problema. El moreno no quería pensarlo, pero ahí estaba, entrando a una fase para nada explorada de su vida, llamada: Problemas sentimentales.

— ¿En qué tanto piensas?— estaba seguro que sí JooHyun no hubiera hablado en es instante, su cabeza iba a explorar.

Negó, levantándose de su sofá para caminar hasta los papeles que su amiga había puesto en el piso, todos acomodados por fecha o suceso y en cada uno de estos solo se podían leer los distintos encabezados de las columnas de los periódicos, desde la desaparición del hijo de la família Do hasta el más reciente, donde su muerte y la cancelación del caso se nombraban.

— Esto es como el mejor programa policiaco en el cual, ahora, sí participo.

JooHyun le miró con una sonrisa boba, dandole esa linda agenda que solo de lejos había logrado ver.

— Anota ahí todo lo que KyungSoo te dijo sobre sus sueños, seguro saldrá algo muy importante.

JongIn no quería pensar en él, no lo quería hacer, lo hacía sentir como un puberto otra vez, donde sin duda cada extraño sentir era nuevo para él, más que nada porque esto sí era nuevo; no estaba acostumbrado en absoluto hablar sobre sentimientos, cariño o gusto hacía los demás, él era bastante simple, sí JongIn te seguía hablando después del primer día era porque le habías caído bien y si no era así no había problema, JongIn no era resentido pero tampoco buscaba donde no se sentía comodo, siendo lo que era, ahora pensaba que ni siquiera le había dicho a SeHun lo importante que era como su mejor amigo.

Así que, con una actitud pensante, solo tomo la agenda y empezó a anotar todos los recuerdos de los que KyungSoo le había estado hablando con el pasar de los últimos días, sobre su madre, su pequeño conejo y ese extraño sirviente que a él no le caía muy bien. KyungSoo era alguien bastante simple ahora que lo pensaba y eso le hacía sentir mas relajado, porque entre una lluvia de pensamientos y recuerdos del pequeño demonio, podía ver que no eran muy diferentes.