8: Parte uno.

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"¿kyungsoo?"

El reloj de JooHyun empezó a sonar justo cuando la hora marcó con puntualidad, esto puso a todos de pié y sin duda, JongIn, se quedo tan solo unos pasos atrás cuando ambas chicas empezaron con ese ritual.

Era de extrañarse que JooHyun no le mirara con burla cuando tomo a la gallina entre sus manos y ambas chicas decían una que otra palabra en latín, lo cual hacía que sin duda esa perfecta imagen se volviera terrorífica, pues casualmente ambas llevaban una capa negra, que cubría sus cuerpos con totalidad al estar sentadas entre las hierbas.

JongIn había pedido estar unos metros alejados cuando ellas empezaron hacer todo eso, ni una discutió así que con tranquilidad y recargado en un árbol, tomando una vela entre sus manos, solo espero y observó, justo como había dictado minutos atrás; era como estar viendo una película de brujas en primera fila, solo que esta vez no era una película y JooHyun se movía de extrañas formas antes de encajar una daga de plata directamente en el pecho de esa linda gallina.

Por el poder que se me otorga y la sangre virgen de un animal puro, imploro tu presencia.

Las manos de SeulGi se elevaron, con una copa y otra daga, dejando que fueran iluminadas solo por la tenue luz de la luna; para ese instante, JongIn había pretendido imaginar que solo estaban bromeando, pues su indiferente ser le decía que nada de eso podría ser real, solo eran tontas cosas que la gente se imaginaba para tener la justificación de los actos buenos y los actos malos. Aunque, ante la situación, solo podía pensar que se trataba de una buena actuación, más que nada, porque esas velas rojas se tiñeron de verde, y una especie de humo negro empezo a invadir todo su alrededor.

Había algo que JongIn no podía negar para ese justo instante, y era que sin duda alguna, fuera lo que sea que estaban haciendo, era real y estaba funcionando mejor que nunca.

Ante mi sincera palabra, te ofrezco la sangre pura de este animal, para concederte el cuerpo físico que tu humano ha perdido. Ven aquí y acepta nuestra ofrenda.— la voz de JooHyun parecia no ser la suya, ya que justo ante ese momento, esta había tenido un tono demasiado grave y rasposa y solo podía apreciar su cabeza entre toda la niebla que cubría el restro de su cuerpo.

Quería acercarse, quería observar de mejor forma todo lo que estaba sucediendo, aunque eso quizá no era lo mejor, podría ocasionar un daño, aunque sin duda JongIn creía que todo se estaba saliendo de control, pues esas velas de fuego verde intensificaron sus llamas y todo estaba yendo hasta la tumba contra el piso, como si esta la absobiera.

Una capa de sudor frío se había creado en su frente, tan solo la iba a limpiar cuando esa espesa neblina había dado un golpe contra todos, lanzando a las chicas lejos de ahí y su espalda chocando contra el tronco del árbol fue lo que le hizo posar con rapidez su mirada en esa tumba.

Largas y sucias garras, una cola y dientes negros, todo eso se mostraba ante la imagen blanca de un joven chico entre llamas, que a tan solo levantar su mirada había caído contra la tierra, justo como JongIn contra el arbol y SeulGi hacia el ser desconocido.

¿KyungSoo?

JongIn solo alcanzó a escuchar la pequeña y rasposa voz de su amiga, antes de soltar el pequeño crucifijo que había estado presionando contra su pecho en todo momento; cualquiera que lo viera sabría que Kim JongIn se había desamayado.

Invocando a Satanás. [kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora