"un ramo de flores y chocolates"
Habían pasado ya dos meses desde que habían hecho que KyungSoo se volviera humano nuevamente, pues justo después de haber despertado a la mañana siguiente, el pequeño demonio había obtenido un color de piel natural, dulce y clara, su cuerpo ya no estaba delgado e incluso JongIn podría decir que su cuerpo estaba un poco lleno, pero eso le gustaba mucho. Aunque, eso era lo de menos, KyungSoo no había olvidado nada, se sentía bien y cómodo, estaba a salvo, sólo que ahora, tenía que estudiar.
El estudiar no era malo, lo malo había sido encontrar todos sus papeles con la fecha médicamente normal, con cada uno de sus datos para después darse cuenta que tenía una pequeña herencia, que sus padres habían sido dueños del periódico de la ciudad que ahora era una revista reconocida y que, sin saber por cuál magia había sido, todo estaba pasando con normalidad como si KyungSoo jamás hubiera desaparecido en aquellos años.
Para este paso, los padres del menor de los Kim ya habían pedido que amablemente viviera con ellos, que justos le ayudarían a manejar esa pequeña empresa y que sin duda era bienvenido a dormir en su casa; claramente JongIn aceptó por él.
Aunque había algo que faltaba después de esos largos dos meses en los que KyungSoo estaba acostumbradose a vivir, había algo esencial que faltaba en su vida, más que nada por parte de JongIn, o así lo creía él.
Ya no quería besos robados, ya no se sentía tan cómodo el terminar acostados el uno sobre el otro cuando KyungSoo empezaba a sentir sus emociones y sentimientos humanos, había algo que hacía falta para que dejará de apartar sus besos o dejará de fruncir el ceño cuando le alagaba y sin duda, sobre todo eso, KyungSoo quería dejar de sentir ese malestar cuando veía a JongIn bailar en aquella academia y ver a las chicas abrazarlo después de cada entrenamiento. Eso JongIn no lo sabía, pero era bastante claro.
Así que, se puso sus mejores prendas, encargó el ramo de tulipanes más bonito que había visto en la floreria de la mamá de BaekHyun y estaba comprando ese paquete de chocolates que KyungSoo había visto la semana pasada y no había podido comprar, así que ahora estaba listo, fuera de su taller de literatura, justo a la hora que habían puesto.
— Entonces nos vemos mañana... JongIn.— la voz de KyungSoo se escuchó sorprendida, viendo ese cabello bien peinado y esa ropa arreglada tanto como le gustaba, pero él tenía esas flores bonitas que le gustaban.— ¿Chocolates? ¿A quién irás a ver?
La sonrisa en su rostro se ensancho, se acercó a rodear sus hombros y por arte de magía, él tenía entre sus brazos todo lo que el menor de los Kim cargaba; desde los chocolates hasta las flores que tanto amaban. Aunque aún no comprendía que pasaba, aceptó las cosas para sostenerselas, hasta que JongIn hablo.
— Hoy tendremos nuestra primera cita, estas flores son para ti y sin duda tus chocolates favoritos.
Los labios del mayor besaron su mejilla, haciendo que todo estallara en tonos rojas a rojos, con esos ojos abriendose un poco por la sorpresa y su sonrisa volviéndose tan ancha como podía. Ahora entendía todo.
— ¿Me estas diciendo que quieres salir conmigo?
KyungSoo dio pequeños pasos lejos del pasillo de su taller, para abrazar al mayor como podía y recargar su rostro entre su cuello y pecho, aunque JongIn fuera alto a su comparación, se sentía bien, cómodo y bastante dulce el estar así con el.
Había algo por parte de ambos que sin duda sentían que cada uno hacía arder su corazón con un simple sonrisa, tal vez era bastante pronto, aunque era claro que habían pasado más cosas juntos de las que podían contar para decir que el tiempo pasaba a la forma que cada uno quisiera, esto sin duda era parte de lo que les formaba a ser quienes eran. Juntos estaban bien, todo iba en tiempo correcto porque era su tiempo, su vida juntos y sus sentimientos enlazados, así que pequeñas sonrisas vagas y piquitos robados daban en claro lo que cada uno sentía por el otro.
— Claro que sí, eres bastante bobo para no darte cuenta que me gustas.— murmuró, haciendo ese pequeño puchero que sabía que el pequeño amaba, así que sólo le mostró una calmada sonrisa cuando KyungSoo río.— De verdad. Me gustas, KyungSoo.
KyungSoo sonrió, JongIn asintió, sólo juntando sus labios en un dulce beso antes de cargar un poco al pequeño demonio para llevarlo fuera, hasta el estacionamiento donde su auto estaba aparcado y de esta forma, ni uno alejo su mano de la contraria en algún momento.
Cuando todo parecía querer explotar, su corazón estaba latiendo tan fuerte que sólo lo dijo, mostrando su mirada calmada mientras él conducía, sosteniendo su brazo libre que había soltando el volante por unos segundos.
— Tu también me gustas, JongIn.
Después de todo, JongIn había sentido como fuegos artificiales habían explotado dentro suyo, ya que, no se había imaginado jamás que lo que parecía ser un juego estúpido de una película de terror habría terminando ahí, con ellos dos siendo cómodamente unidos.
Eso lo hacía bastante feliz.
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Invocando a Satanás. [kaisoo]
FanficJongIn estaba aburrido. La ouija no era tan mala, ¿o sí? ᝰ Aviso. 1. Los personajes no me pertenecen, son miembros del grupo EXO. 2. Esto es una FanFic de humor con romance, con algo de humor negro, no pretendo ofender a nadie si no que se diviert...