Capitulo 27

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"Narra Alejandra"

-Hola, Daniel.-empiezo a hablar agarrándole la mano.-Te echo de menos.-suspiro.-Duele como el mismísimo infierno verte de esta manera.-ladeo la cabeza.-Pero sé que tengo que ser fuerte, por los dos.-agacho la mirada.-No voy a dejar que te escapes de mi lado, Daniel. No tan fácilmente.-sentencio contemplando su mascarilla de respiración.

-Hola.-al escuchar su voz mi cuerpo se tensa al segundo y cierro los ojos y aprieto los labios con fuerza. Con lentitud giro mi rostro y al verlo apoyado en el marco de la habitación del hospital mi corazón da un vuelco. 

-¿Que haces aquí?-pregunto nerviosa al verlo introducirse en la habitación. 

-Quería ver cómo sigue Daniel.-tensa la mandíbula.

-Está bien.-aclaro secamente dirigiendo nuevamente mi mirada hasta la camilla.

-Y no lo dudo. Saldrá de esta.

-Ajá.-reposo mi espalda en la silla y cruzo las piernas. Esta tensión me incomoda y el ruidito del reloj no me ayuda. Necesito irme de aquí, no puedo pasar más tiempo con él. 

-Debo de irme.-hablo patosamente al tanto que me levanto.-Adiós.

-Espera.-habla roncamente. 

Inmediatamente me detengo en seco y elevo una ceja.  

-¿Sí? ¿Necesitas algo?-eleva los hombros.

-Sólo verte, supongo.-sacude su melena.- ¿Cómo estás?

-Bien.-miento y se me nota en la voz. Frunce el ceño.

-¿Segura?-trago saliva duramente.

-Si.-susurro. Vuelve a tensar la mandíbula y desvía su mirada por unos instantes.-Entonces si estás tan bien-vuelve a mirarme.-no te importaría que te llevara a casa, ¿Verdad? 

-Claro.-me aclaro la garganta.-ningún problema.-cruzo mis brazos.-Aun que no hace falta.

-Si lo hace y lo sabes.

(...)

-¿ Y cuéntame que tal con tu vida? ¿Con tu familia?-inquiero rompiendo el silencio en el auto. Al escuchar la ultima pregunta ladea la cabeza y rápidamente siento que la he cagado.-Perdón no debí preguntar-vuelvo a hablar.

-Tranquila-contesta firme.-Yo estoy bien y mi familia, mi familia adoptiva también.-¿Familia adoptiva? Frunzo el ceño confundida pero reprimo mis ganas de seguir preguntando por esa parte de su vida. Me limito a mirar por la ventana y al ver mi mansión a lo lejos me siento más aliviada aunque ese sentimiento dura segundos a causa de sus jodidas presencias nuevamente. 

Bajo del coche con velocidad y cierro la puerta con rabia. 

-Dile a tus estúpidos e incompetentes escoltas que nos deben tenernos respeto a nosotros también.-habla seriamente. 

-¿Porqué debería de hacerlo?-suspiro.-Si no recuerdo mal, ya te advertí viejo. 

-No me hables de esa manera.-el señor da un paso hacia adelante y al notarlo Nikolay imita su acción interponiendo su fuerte brazo entre su camino.

-Tenga cuidado, señor.-habla secamente. 

-¿Que quieres?-le inquiero.

-¡Hablar con mi hija maldita sea!

-Me cago en la ostia.-bufo.-¡¿Quieres hablar?! ¡Adelante, pasa!-mis hombres abren la puerta de hierro al escucharme y de inmediato hecho a caminar hacia la entrada.-Pero escúchame bien, esta será la primera y la ultima oportunidad que tienes para hablar conmigo.  

-¿Tu padre?-susurra Nikolay en mi oído al llegar a mi par. Niego con la cabeza.

-Este hombre lo único que es; es un impostor.-ladeo la cabeza.- Rápido que no me sobra el tiempo.-hablo al entrar a la sala.

-Me llamo Fernando Busch y a causa de una entrega que se tenía que llevar acabo aquí, tuve que instalarme por una temporada en la ciudad.-Comienza ha hablar.-Ahí fue el comienzo la historia entre tu madre y yo aun que ella ya estuviera casada con él. Ella siempre se quejaba de lo inestable que era su relación con Oliver-masculla el nombre de mi padre con rabia.-ya que él siempre estaba en viajes de negocios dejándola a ella completamente sola y yo me dejaba llevar por su notable belleza. En uno de esos viajes acordamos encontrarnos en un hotel y lo que surgió esa noche fue algo que tiempo después ambos nos arrepentimos.-baja la cabeza.- No volvimos a vernos ni a tener contacto hasta que la noticia de su embarazo nos arrolló. Al principio ella quería abortar esa criatura pero yo era el padre también y no lo permití. No podía permitir que ella matara a mi pequeño bebé...-traga saliva.-Ella no aguanto mucho tiempo más y finalmente le confesó toda la verdad a Oliver. Su discusión y su ruptura fue muy fuerte pero ambos estaban tan enamorados que aún habiendo pasado lo ocurrido, se volvieron a juntar y más fuerte que nunca. A causa del embarazo decidí quedarme más tiempo y después de varios meses llenos de radiografías averiguamos que lo que era una criatura al comienzo se había convertido en dos al final. Cuando llego la hora de dar a luz, decidimos que seria justo que tu madre se quedara contigo y yo con mi pequeña Adda rompiendo vuestro vinculo para que ninguna de las dos acabara perjudicada. Cada una tendría diferentes apellidos  y ninguna sabría la existencia de la otra.-ladea la cabeza.- Eres una chica terca, Alejandra, y sé que probablemente no te crees ninguna palabra que mi boca ha soltado desde que llegué pero traigo conmigo algo que quizás, te ayuda a darte cuenta de la verdad. -Con suavidad deja un fajo de papeles encima de la pequeña mesita de la sala y con nerviosismo los empiezo a ojear. Miles de letras inundan mis ojos y en lo único que puedo llegar a centrarme es en la firma de mi madre en todos los papeles.

-¿Entonces tú...?

-Soy tu padre biológico y Adda tu melliza. 

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Número Uno® [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora