"Narra Alejandra"
-¡Comprenderme maldición!
-¿¡Comprender que!?-me acerco más a ella-Dime Adda, comprender que.
-¿¡Crees que es fácil tener mi vida!? ¡Todo lo hago mal y no tengo a nadie que me apoye!
-Tenias a alguien. Me tenias a mi y la cagaste con tus dudas y miedos.
-No quería que pasara eso, no era mi intención.
-No lo era pero bien que me diste una bofetada ¿o se te olvido?.
-Yo.....
-Tu te vas a largar-la interrumpo- de MI casa junto a tu hijito ahora mismo.-señalo la puerta del gimnasio donde ya la están esperando dos escoltas.
-Lo siento.-susurra antes de darse la vuelta y desaparecer.
Esto es lo que pasa cuando fallas a quien te apoya. Pierdes su confianza y mucho peor, la pierdes. Tengo que hablar con Daniel antes de que sea demasiado tarde que por una tontería lo pierda a el. Por primera vez tendré que tragarme mi ego y pedirle disculpas porque sinceramente, se la merece.
(...)
-Daniel.
-Jefa que bien que aparece, le informo que hoy a media noche tenemos ajuste de cuentas con una pandilla de barrio que pidió dinero prestado y no lo devolvió. No hace falta que usted asista, unos cuantos escoltas de la mansión dos ira de su parte para que no tenga que exponerse tanto hacia el peligro que la descubran.
-¿Desde cuando me hablas de esta manera?-pregunto confundida.
-¿A que se refiere señorita Alejandra? Solo acato sus ordenes como empleado que soy.
-Daniel ¡basta!
-Lo siento señora, no fue mi intención molestarla. Me retiro necesito seguir trabajando.-Y sin más me deja ahí plantada, con la palabra en la boca.
¡Esto es tan agobiante e injusto! Esta creando de un pequeño conflicto un gran drama que no tiene inicio ni final. Esta bien, me habré pasado...Pero no para que ahora se comporte de esta manera tan infantil. No me voy a quedar aquí velando para que Daniel me perdone por mis actos. Hoy saldré sin importarme nada, solo por una maldita vez hoy seré una maldita mujer de veinte años común y corriente.
(...)
Son las tres de la madrugada y el acceso de alcohol acumulado en mi cuerpo es increíble. Sigo bailando al compás de la música notando una capa de sudor que se posiciona en mi frente y cono mi pequeño colgante de oro se engancha a mi cuello como ventosa. La discoteca esta a rebozar de gente que esta aún más borracha que yo e incluso alguno diría que drogado. Universitarios bailan en la pista pegados a chicas, mientras otros solo inspeccionan el lugar desde los bancos de la barra. ¿Que estoy haciendo? Sinceramente no se que estoy haciendo y mucho menos cuantos chupitos me he bebido. Aún que lo que si se seguro es que mi mascara de pestañas esta mas derramada que mi dignidad.
De golpe dejo de bailar y me doy una bofetada mental por lo estúpida que soy. Hasta estas alturas de la madrugada es cuando caigo en cuenta de que realmente este no es mi mundo ni mucho menos mi entorno. Me estoy comportando como una completa adolescente inmadura al huir de mis problemas cuando soy lo suficientemente capaz y responsable de poder encargarme de todo....
o eso creo....Empujo a las personas que se cruzan en mi camino para poder llegar a la salida de la discoteca. Necesito pensar en mente fría y aún que este pasada de copas, no me vendría nada mal un poco de aire. No debí de tomar tanto y ahora es cuando me arrepiento. Me arrepiento desde que miro al suelo para intentar no tropezarme con los tacones y lo único que veo o mejor dicho, que siento, es la sensación de que todo en mi se mueve. Empujo para fuera la puerta negra del lugar y la brisa de la noche cae encima de mis hombros. Por la satisfacción del momento me dejo llevar y cierro los ojos por unos instantes, hasta que noto como un liquido no muy agradable sube por mi garganta acechando peligrosamente.
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Número Uno® [Sin Editar]
RomanceNúmero uno. Dos palabras muy importantes para todos. La mejor mafiosa de América con identidad secreta se enfrentará a uno de sus mayores problemas cuando el número dos regresa. ¿Qué significa eso? La guerra. Secretos, caos, adrenalina, sentimientos...