Adicción

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Hola y bienvenidos al penúltimo capitulo de ADDICTION, estoy muy emocionada!

Antes que nada les ofrezco una profunda disculpa por la repentina y larga desaparición, teniendo en cuenta que tardé mucho en sacar este cap, no tengo excusas, desde el principio siempre supe como quería que "terminara" (luego entenderán), pero simplemente no tenía ninguna motivación para escribirlo de manera adecuada, es como esas ganas de querer hacerlo todo pero no saber por donde empezar, eso describiría mi principal traba al momento de escribir esto. En compensación este será un capitulo bastante largo, así que espero que lo disfruten y por favor compartan esta historia y denle mucho amor, lo agradecería mucho y me daría un empujón para poder seguir creando historias.

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El viento soplaba con fuerza, motivando el transitorio viaje de las últimas hojas secas de las ramas desnudas, avergonzadas de si mismas.

El silencio era frío.

—MI RESPUESTA ES UN SI.

Jyushimatsu parpadeó, sacudiendo su cabeza alejando las voces del borde de la cloaca, mientras el mutismo ambiental empezaba a calarle los huesos debido a su hostilidad. No comprendía porque estaba solo en el tejado y el terror se apodero de su ser, haciéndole temblar con la idea de que Ichimatsu no estaba entre sus manos porque ahora estaba reposando en un charco negro de eterno sueño. Se inclinó lentamente con el pensamiento de que sea lo que sea que estuviera allí tumbado en el césped no fuera su hermano mayor, cualquiera de los otros pero no él.

—¿Qué has hecho? —Lo interrumpió una voz antes de que pudiera divisar en la oscuridad —¿¡Qué has hecho!? —Volvió a gritar Choromatsu, sujetándose el rostro conteniendo un ataque de nervios, detrás estaban el segundo y sexto hijo, quien este último vociferaba contra el teléfono, quizás a una ambulancia o a la policía, no podía entenderlo. Por lo que enfrento la realidad que yacía allá abajo; Ichimatsu estaba tumbado boca arriba, en completo estado de inconsciencia mientras el primogénito lo sujetaba con cuidado, revisando sus posibles heridas.

—Nii-san...

Osomatsu concentró su mirada en algún punto perdido del porche, a pesar de que allí estuviera vacío la tierra estaba hundida, había sido un descuido peligroso, su trance se alargó por tortuosos minutos, atando cabos, finalmente alzó la vista, Jyushimatsu jamás había visto algo tan penetrante y sombrío como su semblante que mostraba una inquietante comprensión de la situación. Entendió que el líder era turbio, hundiéndose en un charco de malignidad que hacia temblar a cada una de las voces de su mente, ¿Qué habría dentro de su cabeza? Se preguntaba Jyushimatsu, quizás algo peor que simples voces bufónicas.

Dios se apiadara de esa mirada tan perturbada y de esa maligna alma.

Ichimatsu abrió los ojos exaltado, su cuerpo adolorido le hizo ver puntos blancos en la lejanía de ese techo oscuro por la falta de luz, aunque no necesitara de la misma para darse cuenta de que no se encontraba en casa si no en un sitio de paredes blancas, con un aroma a desinfectante que empezaba a marearlo, la debilidad y el dolor invadía su cuerpo minuciosamente vendado en la zona de su frente, rodeando la cabeza. El suero goteaba lentamente, para poder ingresar con cuidado en su cuerpo vía intravenosa, le molestaba esa sensación y el suero solo goteaba apenas visible, ¿Por qué diablos la luz era tan tenue? ¿Qué hora era?. Fue irrumpido en su frenética paranoia cuando la puerta se abrió y en ella ingresaron sus cuatro hermanos... cuatro... cuatro...

—¡Oh Dios mío, menos mal que has despertado! ¡Estábamos tan preocupados! —Exclamó Todomatsu, quien reprimía las ganas de llorar en vano.

—No grites, ¿no ves que recién está recomponiéndose? —Riñó Choromatsu, aunque en sus adentros también tenía ganas de soltar un sollozo de angustia.

ADDICTION [Jyushiichi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora