Sorpresa

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El resto de la semana transcurrió de forma relativamente normal, salvo por el trato de indiferencia entre el segundo y el sexto Matsuno que apenas si intercambiaban algunas palabras. La otra cara de la moneda mostraba al cuarto y quinto Matsuno estar juntos de arriba a abajo, lanzándose miradas juguetonas, sonrisas embobadas y algún que otro secreto al oído que los hacia comentarlo en palabras clave que nadie entendía. En una ocasión, Ichimatsu fue llamado por Jyushimatsu.

—Quería hablarte sobre "ellas"

"Ellas" era el nombre por el cual llamaba a las voces que resonaban en su cabeza dependiendo de su estado anímico. Entre algunos garabatos sobre el papel había logrado establecer un patrón de comportamiento que ambos analizaban.

Al estar solo, hablaban como si fuera una conversación cordial, a diferencia de que dichas conversaciones no tenían ningún sentido, este era el único momento donde podía estar tranquilo, ya que las voces no lo intimidaban.

Cuando algo le inquietaba, "ellas" soltaban frases o palabras sueltas que se asemejaban a órdenes que lo confundían e irritaban.

Si tenía miedo, se callarían por intervalos de cinco segundos antes de reírse o soltar un estremecedor aullido.

La cúspide de esta jerarquía finalizaba con lo siguiente:

—Sucede cuando algo me hace enojar —Dijo a pesar de mantener su radiante sonrisa, lo cual contrastaba con la situación. Alrededor de la cúspide habían muchos garabatos con forma de rayo, por todas partes, asemejando un aura.

—¿Qué hacen? —Preguntó el despeinado, apuntando a los trazos.

—Gritan.

Se produjo un silencio inquietante.

—Y no se callan hasta que le hago daño a alguien —Finalizó el menor con un dejo de tristeza.

—Hey, tranquilo Jyushimatsu —Murmuró, acariciando la mejilla del mencionado —Estoy contigo así que... estarás bien.

El menor sonrió, siendo evadido por el despeinado, quien ya se había ruborizado por lo anterior dicho.

—Tienes que intentar controlarlo.. tú ira me refiero.

—Lo sé, pero.. —Fue callado al sentir un corto beso en su mejilla —¡Ahhh! ¡Nii-san!

Ichimatsu río entre dientes.

—Nii-san.. —El menor descubrió su cara y le miró con timidez —¿Ya pensaste en tu respuesta?

El despeinado se sintió contrariado, se encogió de hombros y asintió.

—¡¿En serio?!

—Mi respuesta es...

—¡Bajen a almorzar de una vez! ¡Es la quinta vez que los llamo! —Chilló Choromatsu, entrando violentamente al cuarto, sobresaltando al par de idiotas.

La sopa estaba caliente, Ichimatsu se quemó la lengua cuando probó la primera cucharada. Antes de que pudiera haber comentado lo bueno que estaba, Choromatsu apremió a Karamatsu por su buen trabajo en la cocina, por lo que decidió callarse, no importaba que fuera un manjar de dioses, no iba a alimentar el ego de su doloroso -y abusador sexual de labios- hermano.

ADDICTION [Jyushiichi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora