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Jack

Agito mis pies hacia delante y hacia atrás esperando que el superior me haga pasar a su oficina. Estaré recibiendo una lección respecto a el respeto a los compañeros.

Si supiera lo deleitosa que fue esa broma acabaría expulsando a esta educada alumna. Resulta que Johnny y Louis participaban en la clase de deporte. Se duchaban en los vestidores por lo que se me ocurrió la brillante idea de tomar su ropa limpia.

Admito que pudo haber sido más divertido si Matt hubiera participado.

-Señorita Stevenson puede pasar.- la secretaria abre la puerta dejando visible un pasillo de paredes blancas. Es temerario.

El superior me espera con los dedos entrelazados sobre la superficie de su escritorio. Enarca las cejas asombrado. A penas tomo asiento dignamente cuando empieza con su sermón.

-No puedo creer que una alumna de excelentes calificaciones haya hecho semejante bajeza.- me siento frente a él ignorando sus palabras. -¿Tiene una explicación a esto?- pregunta. Niego con la cabeza. Lo que ha visto por las cámaras es una explicación concreta. Empieza hablar sobre el respeto a lo compañeros y las reglas de la escuela. Me da una oportunidad más. Si vuelvo a hacer algo parecido seré expulsada.

Una hora más tarde mi madre me recoge frente al plantel escolar. Las manos aprietan el volante a tal grado que temo que se valla a doblar. Subo al asiento de acompañante poniendo el cinturón de seguridad. Su silencio me da pavor. Tiene el rostro neutro. Sé lo que vendrá después. Todo perderá el color cuando lleguemos a la casa. El superior la llamó explicando lo sucedido. Así que tuvo que salir una vez más de su trabajo para ir por mi a la escuela.

Apaga la Land Rover frente a la casa. Seguramente Matt ya ha llegado. Mi madre demoró una hora más después de la salida de los estudiantes.

-¿No vas a decir nada?- pregunto. Baja del interior cerrando la puerta de un portazo.

-¿Qué crees que haces Jack? Es la segunda ves que me llaman y tengo que salir de mi trabajo.¿Qué es lo que pasa contigo?- la vena de su cuello brota hacia fuera. Mueve las manos exageradamente. Esta realmente furiosa.

- Es tu culpa.-confieso. Su rostro se desencaja.- Tu nunca estas en la casa. Ni siquiera estás al pendiente de mi supuesto castigo. Me dejas en manos de otros que ni siquiera son mi familia. Todo el tiempo trabajas y yo qué.  Son dos horas a la semana de atención. -

-¡Cállate Jack!- golpea mi mejilla dejando una zona caliente. Esa ha sido la última gota que derramó el vaso.- Trabajo para darte todo. - sus ojos manifiestan culpabilidad. Ella nunca me ha levantado la mano.

-Mentira. Trabajas porque no quieres llegar a casa y encontrar el vacío que dejó papá desde que se fue.- elevo la voz. Mi garganta se cierra cada vez más ocasionado que se me trabe la lengua.  Esa es la verdad. La única verdad en todo esto.

-No sabes Jack. Cállate y entra a la casa.- señala la puerta con los ojos llenos de lágrimas. Su voz suena rota. Pero he llegado a un lugar profundo donde nadie ha llegado. La conozco, no ha habido ningún hombre después de papá. Lo ama. Intenta olvidarlo, pero es imposible. Nos mudamos de casa y sin embargo sigue siendo perseguida por el vacío.

En cambio yo...ya no sé que quiero. Ya no sé quienes son las personas que me rodean. Todo ha perdido sentido. Me siento sumergida en un mundo donde no hay espacio para mí. Un lugar especial sin una multitud enloquecida. Solo quiero libertad. Encontrarme a mí misma.

Niego con la cabeza repetidas veces.

-No mamá, estoy cansada. Quiero ser yo, quiero volar y quiero poder encontrar una parte de mí que hacen meses atrás he perdido. -las lágrimas recorren mi mejilla. El vecino sale de su nido. Se detiene a oír la discusión.- iré por ella.- me encamino a mi camioneta.

La Libertad De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora