Matt
Oculto mi rostro en la almohada evocando el beso que le dí a Jack. Si hay palabras para explicar lo que sentí no las encuentro. Todo mi mundo se puso patas arribas a partir de el beso. Existiamos ella y yo en un mundo distinto. Abrí mi corazón a ella, recibiendo lo esperado. Su rechazo. La he lastimado una y otra vez; con palabras y acciones. Costará mucho recuperar su atención y confianza.
-Matt saca la basura.- obedezco la orden de mi madre. Desde que se enteró del embarazo de Ángela se dirige a mi con enfado. Es lógico he echado todo a perder.
-Ya voy- bajo las escaleras color blancas. Recojo la bolsa negra del suelo llevándola hasta el contenedor de basura. Giro sobre mis talones para regresar a la casa, pero...
-Oye sal de ahí no voy a hacerte daño.- escucho el maullar de un gato. Regreso al contenedor de basura poniéndome de puntas para observar por encima de la superficie del muro cuyos colores empiezan a opacarse. Jack está en cuclillas frente al contenedor de basura de su casa. Introduce su mano en un agujero soltando un grito.
-¡Auch! ¿Porqué me muerdes?- empiezo a reír llamando su atención. Lo cual enciende mi pecho.
-¿Necesitas ayuda?- entrecierra los ojos. Salto el muro corriendo el riesgo de ser insultado o atacado. Es lo menos que puede hacer después de todo. Jack tiene un carácter fuerte. No le pesará las manos para propinarme un puñetazo o una cachetada.- Déjame ver.- la empujo despacio. Entrecierra los ojos exasperada. Lo sé, dentro de poco acabaré muerto.
-Matt vete de aquí. Yo puedo sola.- se pone de pie agitando el contenedor de basura. El gatito sale disparado ocultándose entre los arbustos.
- ¿Irás al partido?- señalo su camisa del equipo de béisbol. Ha pasado solo un día del beso y aún siento que floto en las nubes. Al final entendí que pueden haber muchos besos, pero ninguno se compara cuando besas a la chica que en realidad amas. Es como si fuera el primer beso. El primer beso de amor. Y no lo negaré, verla en este estado, enojada conmigo hace que incremente el deseo de querer besarle de nuevo.
-¿A vos que te importa?- pasa por mi lado subiendo las escaleras de la entrada.
-Cuídate de un mal pelotero. No vaya a ser que pierdas la cabeza.- aprieta los puños ignorando mi comentario. Ingresa a la casa así que salto del muro para cambiar mi ropa y así ir a ese partido. Invité a Ángela, pero se negó. Dijo que iría con su mamá a comprar adornos navideños.
Las confesiones de Jack y Jackson en la pizzería me han hecho desconfiar. Recuerdo el día que peleé con Dylan, ellos estaban besándose. Él confesó que la besó, pero parecían muy conectados. No parecía haber una equivocación además si Ángela no quería el beso lo hubiera rechazado.
-Mamá iré a un partido de la escuela. Te veo en la tarde.- beso su mejilla saliendo como alma que se lleva el diablo.
Es una oportunidad que no echaré a perder. Jack irá al partido, Ángela no irá así que es el momento. No es que quiera engañar a Ángela, pero es algo que se ha salido de control. Pienso en Jack, quiero a Jack y tuvo que pasar todo esto para darme cuenta. Siempre tuve todo frente a mis ojos y ese todo es Jack.
Cierro la puerta del auto fuertemente sin detenimiento. Entro a la escuela y un grupo de estudiantes me entrega una gorra del equipo. Subo a las gradas esperando la llegada de Jack.
Los jugadores se reúnen para calentar hacer estiramiento. Localizo a Jackson junto a los demás integrantes del equipo.
Una castaña con la gorra del equipo llega junto a una chica de tez blanca y cabello cobrizo. Ahora que recuerdo es exactamente la misma que estaba junto a ella en la casa de Johnny. Toman asiento en las gradas delanteras.
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La Libertad De Un Héroe
Teen FictionAmigos de toda la vida. Un secreto que Jack oculta a las 12:00 a.m. Matt conocerá el verdadero significado de la libertad bajo una cuidad de estrellas. ¿Dos amigos pueden enamorarse?